Así lo anunció el portavoz del Ejército estadounidense en Afganistán, Sonny Leggett, en un comunicado que señala que Washington inició su “reducción de fuerzas“, aunque las fuerzas estadounidenses “mantienen todos los medios militares y la autoridad” para lograr sus objetivos, “incluida la realización de operaciones antiterroristas“, consignó la agencia DPA.
El militar aludía así a Al Qaeda y el Estado Islámico (EI), así como el apoyo a las Fuerzas de Defensa y Seguridad Nacionales de Afganistán.
Asimismo, especificó que dicha medida se toma “en conformidad con la declaración conjunta de Estados Unidos y la República Islámica de Afganistán, así como en el marco del acuerdo en vigor entre Estados Unidos y el movimiento radical Talibán”.
La retirada de tropas se inició un día después de que el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, y el primer ministro, Abdullah Abdullah, tomaran este lunes posesión como presidentes del país centroasiático en dos ceremonias de investidura separadas, horas después intentar sin éxito cerrar un acuerdo de reparto de poder.
Ghani fue declarado ganador de las elecciones de septiembre pasado, pero su rival Abdullah tachó la votación de “fraudulenta”.
La crisis política, añade más caos, pone en riesgo a las negociaciones de paz y es indicativa de la ardua tarea que enfrenta el enviado de paz de Washington, Zalmay Khalilzad, mientras trata de unir al liderazgo de Afganistán.
En un tuit del martes temprano, Khalilzad dijo que esperaba que los dos líderes puedan “llegar a un acuerdo sobre un gobierno inclusivo y ampliamente aceptado. Seguiremos asistiendo”.
Entre otros puntos, el acuerdo con los talibanes establece que Estados Unidos reduzca sus tropas en el país hasta 8.600 efectivos en un período de 135 días tras la firma, mientras que la salida completa de todas las fuerzas de la OTAN debe concluirse en 14 meses.
Además, se deben crear las condiciones para llegar a un acuerdo político y lograr un alto el fuego permanente y sostenible entre el gobierno de Afganistán y representantes talibanes, fomentar la confianza entre las partes y liberar un número significativo de prisioneros en ambos lados.
La República Islámica del Afganistán, por su parte, se compromete a iniciar un compromiso diplomático con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para eliminar a los miembros del Talibán de la lista de sanciones antes del 29 de mayo de 2020.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió que en caso de que “las condiciones en el terreno se deterioren” y los talibanes no cumplan con el acuerdo, Estados Unidos puede aumentar otra vez su presencia militar en el país.
Fuente: Agencia de Noticias NA.