La falta de trabajadores agrarios para la cosecha terminó en un fuerte cruce entre el presidente de la Federación Agraria en Misiones, Jorge Butiuk, y la referente del Sindicato Único de Obreros Rurales (SUOR), Ana Cubilla, quienes discutieron por los pagos a los obreros y las ganancias de los productores.
Esto en la previa por la discusión de precios en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
La polémica se desató en un grupo de Whatsapp, integrado por referentes de distintos sectores de la actividad yerbatera.
En este ámbito Butiuk aseveró que “el tarefero que se siente esclavizado es porque no tiene representante que lo defienda” y porque “no quiere hacer más de los 350 kilogramos mínimos exigidos”.
Ante esto, Ana Cubilla retrucó y le preguntó al dirigente por “los 950 millones de kilo que hacen los colonos, productores, cuadrilleros y capataces.
“Pobre como trabajan esos personajes que pisan el yerbal de vez en cuando y así hacen todas esas toneladas que dice la AFIP”, adujo.
“El único representante es UATRE, los demás lloramos, pataleamos, gritamos, plagueamos, pero no tenemos la lapicera, ni somos recaudadores como RENATRE y OSPRERA”, apuntó Cubilla.
En este contexto, recomendó a los tareferos imitar a los cosechadores de uva de La Rioja quienes no se presentaron para la zafra debido a los bajos precios.
“No se presenten y van a ver que rápido pagan dignamente, porque este salario que están pagando ahora es indigno y tanto el vino como la yerba son incomprables de caros que están”, aseveró.
Por su parte, Butiuk contestó que “es poco para los que no hacen más del mínimo”.
“En época de cosecha tengo ocho tareferos que trabajan desde las 6 de la mañana hasta las 12. Ahí se pesa y se levanta, cargo todos los días entre 5.500 y 6 mil y pico (de kilos). En diciembre sacaban más de 9 mil (pesos) por semana, de lunes a viernes. Sólo deben trabajar, de vagos estamos llenos, ganan muy bien los que quieren trabajar”, afirmó.
A todo esto, Cubilla respondió “ni vale la pena contestar semejante catarata de mentiras y odio hacia el trabajador tarefero que en cada cosecha los hacen más ricos a ustedes, mientras nosotros ponemos los muertos en la rutas y a miles de familias en la miseria más extrema”.
“Tremendo odio y discriminación en palabras a un dirigente de una entidad tan importante en Argentina”, lamentó.