A diferencia de los medicamentos de síntesis química, los biotecnológicos tienen origen en células u organismos vivos que son modificados para producir una determinada proteína.
Este tipo de medicamentos permite disminuir entre 40% y 50% los precios, y su aplicación ya significó un ahorro para el sistema de salud argentino de unos 400 millones de dólares, según datos de mAbxience, la compañía biotecnológica que en 2012 se convirtió en la primera en producir anticuerpos monoclonales en América del Sur y que abrirá la planta en Garín.
El proceso de “producción” arranca con el descongelamiento de células contenidas en un tubo de un mililitro que, tras ser inoculadas, se van reproduciendo en tanques cada vez más grandes hasta pasar a un biorreactor de 2.000 litros, donde el cultivo “madura” durante dos semanas.
Las células quedan luego retenidas en filtros que dejan pasar a la molécula objetivo: el anticuerpo monoclonal que, tras ser purificado, formulado y envasado, tendrá como destino el tratamiento de personas cáncer y enfermedades autoinmunes, como la artritis.
Ese proceso demanda unos 45 días y ocurre en un continuo de salas conectadas desde el interior por paredes que van siguiendo la línea productiva y, desde el exterior, por pasillos vidriados.
La nueva planta duplica la capacidad de la que ya funciona en la localidad de Munro y potencialmente podría llegar a producir hasta ocho veces más.
“Nuestro objetivo es ampliar el acceso a tratamientos de calidad para enfermedades que requieren medicamentos de alto costo, contribuyendo a la sustentabilidad de los sistemas sanitarios”, afirmó mAbxience.
La compañía elabora el biosimilar del rituximab, utilizado en linfoma No-Hodgkin y artritis reumatoidea; y bevacizumab, que se usa en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
Es, además, la primera compañía en elaborar una presentación específica de bevacizumab de uso oftálmico, indicado en el tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad. La ANMAT es hasta el momento la única autoridad regulatoria que aprobó ese uso a nivel mundial.
Unos 35.000 pacientes fueron tratados desde 2014 -año en que lanzaron la primera molécula, el rituximab- con esos anticuerpos monoclonales biosimilares. “La baja en el precio aumenta proporcionalmente el número de pacientes”, destacó Mauricio Seigelchifer, director de Transferencia de Tecnología y Mejora de Procesos de mAbxience.