Como parte de la normativa provincial, la creación del sistema de Casas Refugios para víctimas de violencia de género fue aplaudido por la población misionera. Una de las primeras de ellas se inauguró en Eldorado y estaba coordinada por Florencia Leiva, exsecretaria de Acción Social municipal.
Sin embargo, luego del cambio de gestión aseguran que las cosas se complicaron para el desarrollo de las tareas de contención a las mujeres y sus hijos que huyeron del maltrato, ya que el personal de atención tuvo un recambio. Fue en ese contexto que Leiva presentó su renuncia alegando una cuestión política de fondo y el incumplimiento desde el municipio de lo pautado con la subsecretaría de Relaciones con la Comunidad.
Por su parte, el actual director de Acción Social asegura que esto no es así y que se capacitó al nuevo personal para poder seguir con las tareas de asistencia a personas violentadas.
“Solos y sin un equipo capacitado no pueden seguir sosteniendo este espacios”, apuntó a PRIMERA EDICIÓN Florencia Leiva tras ser consultada por su desvinculación de la coordinación de la Casa Refugio de Eldorado. Por su parte, el director del área de Acción Social, Nicolás Romero, respondió sobre esta acusación que “el personal está activo y tenemos una capacitación interna del mismo, además estamos en tratativas para poner todas las condiciones de seguridad necesarias para el resguardo de las victimas de violencia de genero y del personal de la Casa Refugio”.
En cuanto a la renuncia de su anterior coordinadora, indicó que “la presentó hace casi dos semanas y se aleja molesta porque de cinco personas tres fueron derivadas a otros espacios y ella aduce que no puede trabajar así. Cuando asumimos la gestión y en este caso con la Casa Refugio hablamos de que queríamos mantener lo construido. Así que con todo el equipo de profesionales que estaban trabajando en la Casa Refugio coordinamos con el equipo de Protección de Acción Social para conservarlos. De las personas a cargo de los cuidados, se mantuvieron dos pero otras tres fueron cambiadas. A pesar de que parte del equipo que tenía Leiva ya no está, la cantidad de personal se mantuvo, ahora en cuanto a si es suficiente creería que tenemos que reforzar un poco ese tema y las condiciones”.
Por su parte, Leiva señaló que “hubo tres profesionales que tuvieron que compartir trabajo con Acción social y la Casa (una abogada, otra psicóloga y un trabajador social que era exclusivo de esa área porque en la casa no puede haber hombres) y a las dos trabajadoras sociales que eran las que llevaban los casos no les renovaron el contrato. De las cinco cuidadoras, a una la mandaron a la guardería y a dos no le renovaron el contrato, además les avisan unas horas antes de que ingresen a trabajar. Por tal motivo ahora mandaron a personas que no estaban capacitadas en el tema”.
También se habría pedido en su momento una audiencia con el actual intendente para explicarle la importancia de contar con un equipo capacitado pero tal reunión nunca llegó a darse.
Romero además aclaró que “cuando se presenta un caso el trabajo se pone en marcha y en ningún momento el equipo quedó destituido, al contrario, se le dio todo lo que necesitó a disposición por parte de Acción Social. Nuestra política de trabajo quizás no fue del agrado de Leiva, por eso habrá renunciado pero nunca se le pidió que se aleje”. Hasta ahora la Casa Refugio de Eldorado sigue en funcionamiento, aunque aún no designan oficialmente un coordinador.
El sistema de albergues establecidos por la ley provincial abarca la protección para mujeres víctimas de violencia de género junto con sus hijos (menores de 18 años). Para acceder a esta herramienta de resguardo, deben ser casos provenientes desde la Justicia o a través del seguimiento de la Línea 137.
Mediante el abordaje de un equipo interdisciplinario, se brinda un acompañamiento a las víctimas con énfasis en la contención, la atención médica y alimentaria, además deben ser tratadas por un grupo de profesionales especializados en la temática.
Protección integral
Para seguridad de las personas que fueron sacadas de hogares violentos no se da a conocer la ubicación de las Casas Refugio ni se publican imágenes de la fachada. De esta forma, se aleja a los agresores.