Por esta razón, referentes de la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones (APAM) y de la Unión de Agricultores de Misiones (UDAM) se reunieron con el subsecretario de Seguridad y Justicia de la Provincia, Pedro Ariel Marinoni.
Al respecto, Hugo Sand señaló en conversación con PRIMERA EDICIÓN que “nosotros planteamos el tema del robo porque los ladrones entran por una puerta y salen por otra. Además, creemos que se deben endurecer las condenas y deben ir presos los que transportan, el secadero y el molino que compra esa yerba”.
Expuso que “creemos que esto se soluciona con la prevención. Se debe desalentar el robo de yerba mate”.
En este punto, expuso “una forma fácil es con el Certificado de Producción Yerbatera (CPY), el cual es un documento inviolable donde el productor lo rellena, pasa por el secadero y de ahí al molino”.
También recordó que “la estampilla tiene dos funciones, por un lado la recaudatoria y; por otra la fiscalización pero hoy sirve sólo para lo primero”.
“Hoy no tenemos trazabilidad en la yerba”, sentenció.
En cuanto a la reunión con la Policía de Misiones, deslizó que “se comprometieron a hacer las gestiones para que podamos seguir charlando con otras autoridades”.
En lo que refiere al robo de yerba, aseguró que “todos sabemos quienes son los ladrones, las cuadrillas, los que transportan y los secaderos que compran esa yerba robada, pero nadie hace nada”. Advirtió que “siempre nos preguntamos porque el INYM no actúa sobre esos grupos o las fuerzas policiales”.
Por su parte, Fredy Holl explicó que el robo de yerba afecta de varias maneras a los productores. Por un lado, está la parte económica y, por otra, la emocional.
En estos puntos, recordó que “el productor hace un inversión en los plantines; además del tiempo que se debe esperar para cosechar”.
Al momento del robo se rompen las plantas y ese daño es muy difícil de revertir. “El productor se desanima mucho”, apuntó.
Agregó que “debe dejar de existir esa puerta giratoria”, al referirse a que los delincuentes pasan poco tiempo tras las rejas.
Adicionó que “por estos actos muchos pueden perder hasta cinco años de producción”.
“Están perdiendo los yerbales y los daños económicos son muy grandes”, afirmó.