Para muchos de nosotros, el teléfono inteligente algo así como una extensión de nuestro cuerpo. Incluso se trata de lo primero que tocamos a la mañana, y lo último que utilizamos antes de dormir. Su rol se ha vuelto tan protagónico en nuestras vidas, que se ha convertido en una pieza clave para un montón de hábitos cotidianos pero ¿cómo y para qué lo utilizamos exactamente?
Para responder esta pregunta, la consultora Deloitte realizó un sondeo a 49 mil personas de 31 países y lo comparó con un estudio local en el cual participaron 3 mil argentinos.
Las conclusiones, compiladas en el informe “Consumo Móvil en Argentina”, fueron dadas a conocer hace un par de semanas y son interesantes.
Por ejemplo, aunque el e-commerce está maduro para adquirir algunos productos y servicios como aquellos vinculados con viajes y turismo, al momento de comprar un teléfono inteligente el 53% de los argentinos prefiere comprarlo en una tienda versus el 20% que lo consiguió a través de una compra online. Al 17% de los usuarios le regalaron el móvil y hay un 10% que lo consiguió de otra manera.
Con respecto a la medición anterior, el uso del smartphone se intensificó para un sinfín de actividades tales como buscar información en internet, controlar los saldos bancarios, filmar videos, capturar fotos y leer las noticias.
Sin embargo, en determinadas actividades, como jugar, las consolas siguen proporcionando una experiencia diferencial respecto de las alternativas existentes en teléfonos inteligentes.
Y algo similar sucede con la TV ya que, al momento de seguir transmisiones en vivo, el televisor sigue siendo el principal dispositivo cuando se trata de ver noticias, deportes o programaciones específicas de determinados segmentos de población mayor edad.
Un dato llamativo: el 65% de los encuestados reveló que mira videos compartidos por WhatsApp. Esta actividad lidera el ranking de acciones que la gente hace cuando está en línea.
En cuanto al uso de aplicaciones móviles, durante 2018 no se observaron cambios respecto al año anterior: WhatsApp lidera la preferencia de uso de los argentinos con un 99% de las personas que poseen teléfonos inteligentes.
El hecho sobresaliente es la frecuencia con que se utiliza. El 83% de los argentinos ha declarado utilizar esta aplicación al menos 1 vez por hora, incrementándose los valores respecto del año pasado. Este mismo patrón fue observado por Deloitte en relación a otras Apps como Instagram y el correo laboral.
Por último, entre los cambios de hábito más relevantes durante los últimos meses, se nota que los argentinos utilizan cada vez más el dispositivo móvil para transacciones financieras. Actividades como la revisión de saldos bancarios y transferencias a otros individuos han mostrado un gran incremento respecto a la última medición.
En la comparación con países desarrollados, observamos que estos valores se encuentran en promedio entre 5 y 10 puntos porcentuales debajo de estos últimos.
Como se ve, lejos de tratarse de una relación estática, el vínculo entre usuarios y sus dispositivos móviles es muy dinámico. Debemos seguirlo de cerca por varios motivos: como empresas para saber cómo llegar a los clientes actuales y potenciales; y como usuarios para saber qué oportunidades nos ofrece este dispositivo para simplificar nuestra vida cotidiana, y también qué aspectos debemos considerar para hacer un uso responsable y balanceado ya que, más allá de sus ventajas, hay cosas que es mejor hacerlas sin el smartphone.