De forma inesperada un grupo de voluntarios, quienes prestan servicios en el merendero Bichito de Luz, decidieron vestirse de Papá Noel para llevar regalitos navideños a los niños del Hospital de Pediatría.
Si bien, su objetivo era compartir lo poco que tienen con los niños que son atendidos en el sector de oncología, sobraron juguetes, alpargatas y regalos, que llegaron de esa forma a las manos de otros pequeños internados en los distintos servicios del nosocomio.
Ya en el lugar, fueron recibidos con los brazos abiertos por los trabajadores del Pediátrico, porque el acto de entrega en sí, más la ilusión de todos los niños de recibir un regalo de Navidad, otorga un plus anímico que les hace olvidar por un rato que están en un hospital.
La médica especialista en hemato oncología pediátrica y jefa del servicio de Oncología, Silvana Alderete resaltó el acto de los voluntarios al expresar: “Estas acciones influyen un montón porque un paciente, cuando es diagnosticado tiene que dejar de hacer lo que hacía habitualmente, por ejemplo tener contacto con muchas de las personas que quiere ver, tienen visitas limitadas, tampoco pueden correr o ir a la plaza. Se intenta que la etapa que pasan internados no le impida seguir siendo un niño con ilusiones y sueños”, explicó.
“Todas las donaciones son bienvenidas, incluso golosinas blandas o alfajores con los cuales se les recompensa cuando se les saca sangre”, dijo Alderete.
Este año se diagnosticaron alrededor de 47 pacientes, de los cuales, unos 20 siguen su tratamiento en Posadas. Sumados a los del año pasado, aproximadamente 50 se atienden aún en el Pediátrico local.
Sacarles una sonrisa
Piso a piso, en tanto, los voluntarios de Bichitos de Luz siguieron su camino hasta vaciar las bolsas con regalos. “El merendero es un lugar donde vemos las necesidades de los chicos, pero quienes están enfermos muchas veces se encuentran en igual condición y para colmo están enfermos, por eso vinimos a sacarles una sonrisa”, destacó Lucía Ramos una mamá del merendero.
“Es la primera vez que me sumo a una acción como ésta, estoy más feliz que los niños, es una experiencia encantadora”, contó la promotora de salud del Hospital de Fátima y compañera de trabajo de Abigail, Jesica Cáceres.