
Se utiliza en casos sin resolver o bloqueados, en los que se necesita una visión diferente. Se trata de una técnica utilizada por el FBI y que se llama Profiling, o perfilación criminal.
Por estas horas el Juzgado de Instrucción 2 de Eldorado ya decidió implementar esta modalidad en la causa que investiga el ataque a una abuela de 76 años, quien sufrió gravísimas lesiones en el rostro y que incluso le provocaron la pérdida de la visión.
No obstante, los forenses del Poder Judicial dictaminaron que las heridas no habían sido provocadas por los animales, lo que comenzó a desvelar a los investigadores.
Para ello se debe conocer el contexto.
La mujer llegó de una fiesta familiar a su domicilio del Kilómetro 11 de Eldorado, donde residía sola, pasada la medianoche del domingo 6 de octubre pasado. Después de las 13 la encontró un pariente sobre un charco de sangre, en el sector de la cocina.
El inmueble tenía sus accesos cerrados por dentro, tanto puertas como ventanas. La prueba de Luminol que detecta manchas y rastros de sangre determinó que fue atacada en el mismo lugar donde la encontraron. Los vecinos entrevistados por la Policía no escucharon ruidos extraños. En la escena tampoco había desorden, que suele ser una característica de los robos o asaltos domiciliarios.
No faltaban elementos de valor. En un breve diálogo que tuvo con la policía, la mujer habría expresado que no recordaba lo sucedido.
La hipótesis del ataque de los perros se desvaneció con el informe forense, que describió las lesiones como no producidas por animales.
Ante este panorama acudió a Eldorado para colaborar con las pesquisas la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas del Poder Judicial (SAIC), pero no lograron obtener mayores pistas.
Debido a que todos los caminos se fueron cerrando, fue que la jueza Allou ahora decidió utilizar la técnica norteamericana. Para ello deberá convocar profesionales que realicen la mencionada perfilación criminal.
Es un recurso que en criminalística y criminología trata de crear tipologías y perfiles en la resolución de delitos en los que se desconoce al responsable. Para el desarrollo de esta técnica, se obtienen diferentes fuentes de información, analizando la evidencia psicológica o conductual.
Estas se pueden encontrar en la escena del crimen o no. El fin será identificar un tipo de persona (no una persona en particular) para orientar la investigación y la captura del autor del hecho.