Los arquitectos posadeños Lucas Fulquet, Matías Falero, Elías Barczuk y Alan Kruk, participaron de otro concurso internacional y su propuesta resultó finalista en el concurso internacional Rural School Haití, lanzada por la plataforma https://www.arch-sharing.com.
“Para nosotros quedar como finalistas en este concurso es una satisfacción enorme. Nos incentiva a continuar por este camino, el camino de trabajo en equipo, aprendiendo del otro para una construcción constante”, manifestaron los protagonistas, egresados de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Santa Fe.
Competir contra 400 equipos “hace la situación más democrática, te lleva a profundizar la investigación del problema y a no quedarte con lo superficial de la arquitectura. Nos saca la oxidación cotidiana por medio de nuevos desafíos”, agregaron los jóvenes, emocionados.
Archsharing propone, en colaboración con la asociación humanitaria Techo Haití, la construcción de una escuela rural para la comunidad de TE NWA, al Norte de Puerto Príncipe, de ese país caribeño. El proyecto responde a numerosos desafíos sociales, constructivos y económicos, proponiendo al mismo tiempo soluciones que mejoren las condiciones educativas de los alumnos. La escuela incluirá siete niveles de clases y beneficiará a más de 50 niños de la comunidad.
Actualmente, una carpa alberga la guardería y un aula hecha de paneles de madera contrachapada sirve como escuela. El programa propone dos fases de construcción, y un diseño exterior. Todas las fases deben ser pensadas en simultáneo, sólo hay que pensar que la primera fase debe ser capaz de funcionar independientemente de las otras.
El emplazamiento del proyecto de la nueva escuela se encuentra a unos cinco kilómetros de la ciudad de Cabaret y a 35 kilómetros de la capital. Su gran superficie permite la construcción de la nueva obra sin interrumpir el funcionamiento de la escuela actual. El prototipo reinterpreta los orígenes de la institución, analizando como punto de partida las formas de educar y habitar en la región, entendiendo al árbol “Pyebwa” como una esfera espacial donde es bello aprender, y reconociendo las respuestas climáticas que nos provee, filtro de la luz y control de la temperatura.
El diseño pasivo de la escuela busca aprovechar las ventajas del clima, adoptando estrategias como las orientaciones Sur-Norte, separación del suelo, dobles envolventes para generar fachadas ventiladas, iluminación natural y captación total del agua de lluvia para riego y usos comunes. A su vez, el proyecto entero se diseña de acuerdo con el ciclo de vida de los alimentos locales, integrándolos como parte sustancial de la distribución interna del edificio. Identificándolos como acciones: cultivar y cosechar, almacenar, preparar, cocinar, comer y compostar, reiniciando nuevamente el ciclo.