En vísperas del Día de la Madre, LINE-OUT tuvo el placer de dialogar con Patricia Amuedo, la “Mamá del rugby”, quien desde hace varios años transita las canchas, primero acompañando a su esposo, Raúl Falero, después a sus hijos Fernando, Facundo, Matías y Sebastián y ahora también a sus nietos!!!
Desde su experiencia, habló de lo que significa el rugby en su familia y de cómo se vive en su hogar esta gran pasión por la ovalada.
Con la figura de Patricia, este es un homenaje a todas esas madres que sufren, pero también disfrutan, cada vez que sus hijos entran a una cancha.
¿Qué lugar ocupa el rugby en tu vida?
Y…un lugar primordial, desde que lo conocí a mi marido. Porque desde ahí comencé en el rugby, y desde entonces con cada uno de mis hijos y ahora sigo con mis nietos, así que ocupa un lugar muy importante en mi vida cotidiana.
Primero con Raúl, después con los chicos… ¿Sufrís mucho afuera de la cancha?
Sí, desde el primer día sufrí, siempre. Con mi marido primero, con mis hijos después. Los acompaño siempre, así que cada partido para mí es como entrar a la cancha. Ellos entran a la cancha y yo me pongo a rezar y bueno, siempre con el Jesús en la boca como toda mamá, pidiendo que salga todo bien durante los partidos.
¿Cómo se vive en tu casa cada previa a un partido, la semana, el día previo al juego?
Mirá, es como que no hay días previos, porque acá en mi casa todos los días de la vida se habla del rugby. Se habla de rugby a la hora del almuerzo, en la cena y durante todo el día. Los chicos lo viven con una gran ansiedad, a veces con muchos nervios, así que desde la comida también lo vivimos, porque hay que evaluar qué se va a cocinar para ellos, porque todos lo viven con una gran intensidad y, por lo tanto, yo también. Todo lo que viven y sienten ellos, también lo vivo yo.
¿Qué fue lo más curioso que te pasó, alguna anécdota que recuerdes viendo un partido de tus hijos?
A ver, que me acuerde. Te cuento una anécdota, cuando fueron a entrenar Fernando y Facundo eran chiquitos, no me acuerdo exactamente la edad, y Raúl era el entrenador. Le habían hecho un tackle muy fuerte a Fernando y me enojé tanto con el jugador, que fui y directamente lo encaré al nene por cómo lo había tackleado tan fuerte a mi hijo. Vino la mamá del chico, después se armó un bolonqui ahí (risas).
Esa fue una anécdota importante, lo tomé como, no sé, qué sé yo, como que lo habían agredido demasiado fuerte y hasta el día de hoy me río, porque armé un despelote en la cancha con el tackle que le hicieron a Fer.
Me imagino que a esta altura, con todo lo que se habla de rugby en tu casa, ya sos una especialista en el tema…
Sí, también. Cada partido lo evalúo y critico como cualquiera que está afuera de la cancha. Nunca puedo ser muy objetiva, porque para mí mis hijos siempre juegan bien, siempre hacen todo bien, entonces con ellos no puedo ser casi nada objetiva. Bueno, pero en cada partido veo por ahí las cosas en las que avanzan, en las que retroceden, desde mi forma de ver. Y siempre estamos criticando al árbitro, aunque muchas veces no sabemos mucho de eso, pero no importa, para nosotras siempre hizo las cosas mal cuando no nos favorece en el resultado (risas).
Así como acompañaste a Raúl y a los chicos, seguramente va a continuar la tradición y llegará la época con los nietos para seguir sufriendo…
Sí, ya los acompaño a los chicos. En los partidos siempre estoy al costado de la cancha. Pero bueno, todavía no sufro tanto porque son chiquitos, pero sí los voy a seguir acompañando y creo que voy a tener bastón y voy a estar al costado de la cancha, no tengas dudas.
¿Qué consejo le darías a una mamá que, por ahí, tiene miedo que su hijo juegue al rugby?
En mi caso, la única forma de estar más tranquila fue acompañando siempre, estar con ellos. Miedo que no tengan, porque en cualquier deporte existen para mí los mismos riesgos. Indudablemente se sufre y hay lesiones, pero nada que no haya en otros deportes. Por ahí algunos lo ven como un deporte un poco más bruto que otros, pero en mi caso no veo que sea muy diferente a los otros. Así que yo los acompaño y con eso estoy tranquila.
¿Qué te dio a vos el rugby en todos estos años?
A mí me unió mucho a mi familia. Porque como no tengo familiares acá en Posadas, la única forma de estar todos juntos siempre era ir a la cancha viernes, sábado y domingo. Eso me permitió también hacer muchos amigos y que mis hijos conozcan el verdadero valor de la amistad con el rugby.
Desde tu experiencia con tus hijos, qué consejo le darías a un chico que tiene ganas de empezar a jugar al rugby…
Yo le diría que se acerque a una cancha, que vea y que haga su propia experiencia. Es un deporte integrador, que te permite hacer amigos y te aleja de las malas influencias y de todos los peligros que hay afuera.
Bueno Patricia, que pases un muy feliz Día de la Madre y que tu ejemplo sea un legado para las otras mamás del rugby…
Muchas gracias. Ojalá que muchos chicos se acerquen y jueguen al rugby, es un deporte que los ayuda a ser mejores personas, y que sus mamás los acompañen. Eso, fundamentalmente.