Luego de unos días de psicosis colectiva y largas filas de vehículos en las estaciones de servicio de Oberá, ante supuesto faltante, suba de precio y especulaciones en el expendio de combustible, la calma retornó a la ciudad.
En algún caso hasta dos horas de espera se debieron soportar. “La verdad que escuché el rumor y como tenía el tanque casi vacío fui a hacer la fila. Esperé dos horas, pero no me quedaba otra” dijo un vecino.
Uno de los expendedores recordó que fue una verdadera locura. “Nosotros teníamos combustible pero no dábamos abasto. Las veces que se cerró fue porque terminaba lo previsto, cosa que nunca pasa hasta el reabastecimiento. Pero era por la alta demanda, ahora todo está tranquilo otra vez” señaló.
La congestión céntrica provocada en el tránsito por dobles filas, arterias directamente cortadas por los conductores que no querían perder el turno, demandó la intervención de Inspectores de Tránsito de la comuna. “Tuvimos que ordenar por el caos que se generó” expresó un empleado municipal.
El fin de semana se prevé que la situación sea normal. Los surtidores ya tienen los nuevos precios desde el jueves, con 4% de incremento en todas las marcas.