Uno de los mayores secuestros de cocaína, 90 kilogramos, registrados en la costa del río Paraná en Misiones, fue juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas y determinó que el narcotraficante paraguayo de 47 años deba pasar diez años tras las rejas por comisión de delitos en infracción a la ley 22.415 o Código Aduanero.
Raúl Gilberto Gamarra Cáceres fue condenado hace pocas horas por el cuerpo colegiado conformado por los jueces Norma Lampugnani como presidenta y los vocales Manuel Alberto Jesús Moreira y Víctor Antonio Alonso (subrogante). Hallaron culpable a Gamarra Cáceres por intentar ingresar a través de Puerto Maní en Corpus, el cargamento de máxima pureza de la droga mencionada y acondicionada dentro de un automóvil de alta gama proveniente de la localidad vecina de Bella Vista.
Vale recordar que, la causa fue instruida y elevada a debate oral y público por el juez federal de Oberá, José Luis Casals.
“Solo y nervioso”
Durante la mañana del miércoles 9 de mayo, un Mercedes Benz conducido por el ahora condenado, descendió de la balsa y fue requisado de inmediato por los efectivos de la Aduana. Gamarra Cáceres estaba sólo a bordo del automóvil y sus dudas para responder alertaron a los agentes de control fronterizo y a los uniformados de Prefectura Naval Argentina.
La actitud habría despertado sospechas entre los funcionarios aduaneros, al manifestarse con nerviosismo a la habitual requisitoria acerca del lugar de donde provenía y hacia donde se dirigía, como así también a las preguntas de rigor.
Las sospechas de los aduaneros aumentaron de inmediato y uno tras otro fueron descubiertos los compartimentos preparados por chapistas para esconder 80 panes y una bolsa plástica con clorhidrato de cocaína.
El pesaje final de la sustancia incautada, que al ser analizada por los expertos dio como resultado positivo para clorhidrato de cocaína, arrojó un peso total de 89,850 kilogramos.
El viernes 13 de septiembre pasado y con representación legal de la defensora oficial Susana Criado, Gamarra se sentó en el banquillo de los acusados y sus intentos y coartadas por un desenlace a su favor no fueron suficientes para revertir la contundencia de la prueba pericial, testimonial y documental. El alegato acusatorio estuvo encabezado por la fiscal federal Vivian Andrea Barbosa.
El ciudadano paraguayo, nacionalizado argentino, y con supuesta residencia en una ciudad de la provincia de Buenos Aires, fue sentenciado finalmente a diez años de prisión como autor responsable del delito de “contrabando de importación de estupefaciente agravado, en grado de tentativa”.