Un empleado de Migraciones con conocimiento de la técnica de reanimación cardiopulmonar (RCP) evitó ayer cerca de las 6.30 de la mañana que un niño de dos años muriera en la cabecera argentina del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz.
El pequeño iba a cruzar rumbo a Paraguay en un auto junto con sus papás, todos oriundos de Resistencia (Chaco), y comenzó a convulsionar justo cuando el móvil llegó frente a la casilla de Migraciones. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Francisco Rossi, el héroe del día, prestaba servicio en el área de control de los colectivos cuando escuchó gritos y vio que la gente se aglutinaba asustada cerca del padre desesperado que tenía en brazos a su hijo.
“Estaban todos desesperados, uno le apretada el estómago al nene y otro le quería poner el dedo en la garganta por si estaba atragantado. Me acerqué y lo primero que hice fue chequear que no tuviera algo en la garganta que provocara una obstrucción. Cuando lo giré boca arriba noté que estaba muy pálido y confirmé que el niño estaba convulsionando y no dudé en darle la asistencia de reanimación cardiopulmonar antes de acompañar a los padres al hospital de Pediatría donde lo atendieron rapidísimo”, contó.
Conservar la calma
De hecho, el empleado de Migraciones subió al auto de la familia y la guió hasta el hospital. “Mis jefes me dieron autorización para que los acompañara”, destacó.
Para el mediodía, según le confirmaron a Rossi desde el hospital, el pequeño estaba estabilizado y le estaban realizando estudios de laboratorio para ver qué pudo haber provocado la convulsión.
Según indicó, en estos casos, “lo importante es tratar de mantenerse tranquilo para poder asistir a la persona”, aunque admitió que no es sencillo estar calmado en una situación crítica.
“No soy ningún héroe ni se puede decir que le salvé la vida, hice lo que cualquiera hubiera hecho y por suerte todo salió bien”, aseguró.
No obstante, sus compañeros de trabajo plasmaron en las redes lo sucedido y su admiración por “excelente y rápida intervención del colega ‘Pancho’ Rossi que logró reanimar un bebé que había perdido el conocimiento”.
Susto “oportuno”
Todo pudo haber salido mal ayer para esta familia pero no fue así. El pequeño se descompensó frente a Migraciones, antes de cruzar el puente; y había una persona que sabía RCP para asistirlo.
“Mientras esperábamos en el hospital, su papá me dijo que estaba muy agradecido con Dios porque todo ocurrió antes de cruzar el puente, incluso me contó que estaban demorados en la casilla porque no encontraban el documento del nene y mientras que buscaban se descompuso su hijo. Fue todo muy rápido. El pobre no quería ni pensar qué hubiera pasado si convulsionaba en el medio de puente o en Paraguay”.
Francisco Rossi trabaja hace 17 años en la Dirección Nacional de Migraciones y es también profesor de educación física, carrera que también ejerce. El conocimiento del RCP forma parte de su formación docente.
“Como profesores de educación física, tenemos que hacer cursos de RCP en forma periódica para aprender las técnicas y maniobras nuevas que se van aplicando. Pero después de lo que ocurrió hoy, hablábamos con mis compañeros que sería bueno que todos podamos hacer un curso para aprender RCP porque se puede salvar la vida a alguien”, reflexionó.
Según indicó, las técnicas de reanimación cardiopulmonar no son difíciles de aprender “pero hay que saber aplicarlas y, además, saber qué le está pasando a la persona antes de hacer nada porque no es lo mismo que una persona esté atragantada a que haya dejado de respirar; debemos tener en claro esto para poder dar esta primera asistencia hasta llevarla al hospital donde recibirá una asistencia médica”.
Con su propio hijo
No es la primera vez que este empleado de Migraciones aplica RCP en un niño, hace algunos años tuvo que hacerlo con uno de sus hijos.
“Tengo tres hijos que hoy tienen 17 (Valentino), 10 (Máximo) y 8 (Indiana) años. Cuando Valentino era bebé tuve que darle RCP, al principio me quedé aturdido por el miedo hasta que reaccioné con ayuda de mi mujer”, recordó.