Hoy concluye el receso escolar en Misiones y otra decena de provincias. Sin embargo, están comenzando las vacaciones en Buenos Aires y Capital Federal, por lo que se puede decir que la provincia está recién en el “ecuador” de su temporada turística de invierno, toda vez que los dos distritos mencionados son -junto con los vecinos del Litoral- los que más visitantes traccionan tradicionalmente hacia la tierra colorada.
Las buenas cifras de ocupación, pernocte y gasto turístico que se están registrando por estos días no constituyen una sorpresa, ya que este período está considerado como una de las “temporadas altas” por excelencia que tiene Misiones. Además, se potencia por las condiciones económicas que se viven en la actualidad y que le agregan competitividad como destino.
Pero ¿después qué? ¿Cuál es el horizonte objetivo de crecimiento turístico (o consolidación) de la provincia, más allá de temporadas puntuales y fines de semana largos? ¿Se puede aspirar a más? ¿Y cómo hacerlo realidad? Estas interrogantes fueron planteadas por Primera Edición al subsecretario de Marketing y Promoción del Ministerio de Turismo misionero, Oscar Degiusti, quien apuntó dos desafíos básicos: “Por un lado está lo específicamente turístico: seguir afianzando la oferta de eventos, porque en definitiva, sea del nivel que sea, o te atrae turistas de afuera o te dinamiza a las mismas localidades de Misiones con el turismo interno. Si una fiesta sirve para que la gastronomía, los souvenirs, las artesanías se vendan más una localidad, bienvenida sea. Y ligado a eso, tenemos que seguir trabajando por una institucionalización en lo que hace a las áreas de turismo -al menos en los municipios que tienen las potencialidades de mostrarse hacia afuera- y en el sistema de relaciones que nosotros vamos a seguir impulsando entre ellos”.
En esa línea, Degiusti advirtió que en la provincia “hay muchas fiestas que merecen dar un salto de calidad: si la fiesta es simplemente un festival, no sirve; necesita espacios de gastronomía, artesanía: un valor agregado. La gente va a los lugares lindos, y ese es un principio que culturalmente no es fácil de inculcar, entonces ése es uno de los desafíos”.
¿Es más un trabajo de capacitación o de convencimiento de las posibilidades? Degiusti apunta a lo segundo: “Más que capacitación es concientización y hacerles entender (a los municipios) que a veces el turismo pasa por determinadas etapas y hay que atravesarlas, no es que te va a venir la gente de golpe, es una apuesta por una oferta que luego hay que sostener”, aclaró.
Reveló al respecto que “hay intendentes que están dos o tres gestiones y al principio no le dan ni artículo al turismo, después se van dando las crisis económicas y se dan cuenta de que el turismo, mal que mal, algo le genera a la localidad: si hacés una fiesta, uno vende artesanías, se instala la gastronomía y a su vez ésta está ligada con el productor local, así que se dinamiza todo el proceso. Ahí es donde hay que seguir trabajando”.
“Por supuesto -agregó- hay que continuar también con la promoción, porque, más allá de que algunos dicen que ‘Misiones se vende sola’, no es así: puede ser que se venden solas las Cataratas (del Iguazú), pero si la gente va sólo a Cataratas, hay algo que estamos haciendo mal. La idea es lograr que la gente siga recorriendo cada vez más la provincia. De a poco se va cumpliendo con esa premisa”, remarcó.
Prioridades
El subsecretario de Marketing planteó que, para el sector en general, “el turista que entra por Posadas es el más importante, porque es el que más recorre, teniendo en cuenta que entra con auto. Entonces, enfocamos la promoción con las provincias del Litoral, que son las que más han aumentado el flujo de presencia desde hace un año o un año y medio, cuando empezó a agudizarse la crisis”.
“A pesar de la crisis, lo cierto es que la gente sigue viajando. También es cierto que, en términos de datos históricos, bajó un poquito el nivel de viajes en el país, pero no en Misiones, creo que eso habla un poco de cómo la gente percibe la oferta de la provincia”, sentenció.
En cuanto a los países limítrofes, Degiusti reconoció que en su momento “la crisis brasileña nos pegó mucho, aunque desde la última Semana Santa empezó a verse de nuevo un poquito más de brasileños, que habían desaparecido”. Entretanto, los paraguayos (puntualmente los asuncenos) “también empezaron a llegar de a poco, así que estamos en camino de la recuperación de lo que fue históricamente entre 2010 y 2012, que fue el ‘pico’ desde el punto de vista turístico regional”.
Y hablando específicamente de Encarnación, “creo que suma, el tema es complementarnos. Hace muchos años que vengo diciendo que, nos guste o no nos guste, somos destinos complementarios y creo que ahora, hablando específicamente desde el sector turístico, con las nuevas casillas se puede agilizar más. Las agencias por ejemplo se quejaban de que no podían organizar excursiones para recorrer las reducciones jesuítico-guaraníes de Trinidad porque no podían tener a un turista esperando varias horas en el puente (San Roque González de Santa Cruz) para cruzar desde Posadas. A partir de ahora ya es cuestión de que el sector pueda visualizar estas cuestiones de complementariedad, más allá de lo que cada municipio pueda estar trabajando”, apuntó.
Para el funcionario, “los vaivenes de la economía (que a nosotros nos convenga comprar allá o a ellos comprar acá) creo que no nos van a cambiar turísticamente. El turista lo que quiere cuando sale es recorrer, entonces yo creo que Posadas necesariamente tiene que complementarse porque si la gente se interesa por ir a las ruinas de Trinidad, por ejemplo, va a significar más tiempo de pernocte acá: la gente en general -y el argentino en particular- sigue prefiriendo quedarse acá, todavía hay una imagen de la seguridad en Paraguay que juega favorablemente para nosotros”, sentenció.
Red de información
Días atrás, en una presentación de la temporada invernal en la provincia el presidente de la Asociación Misionera de Hoteles, Bares, Restaurantes y Afines (AMHBRA), Gustavo Alvarenga, había planteado que para todo julio “hay mucha actividad y es un placer escucharlo”, pero abogó por “un mayor trabajo en conjunto entre los municipios y los privados para fortalecer la cuestión promocional”.
En ese sentido, apuntó que “el primer promotor turístico es la gente de las recepciones de los hoteles, los mozos de los restaurantes y los taxistas. Hay que acercarles la información a ellos, porque por ahí un turista no sale a buscar, sino que pide al que tiene más a mano y ellos son los primeros a los que se les pregunta”.
“Es un trabajo a largo plazo y hay que hacerlo, porque tenemos que capacitar a la gente que está al frente. Nosotros en el sector privado estamos trabajando mucho lo que es atención al cliente, que aún nos falta, pero creo que estamos yendo para adelante”, evaluó Alvarenga, antes de arengar a sus pares para “mejorar la oferta privada, para no quedarnos en recibir a la gente sino generar un atractivo para todo el año”.