El dueño de un banco que suele comprar carteras de préstamos morosos (más de 90 días de atraso en los pagos) se sincera: “La mora, que estaba en el 8% hace un año, hoy está en el 25%”. Las cifras no las tiene el Banco Central, ya que se trata de un segmento de la población no bancarizada, que debe acceder a un crédito en una cooperativa, mutual, fintech o en financieras cuyas tasas son más altas que las de un banco. Y, para poder cobrar, deben estar cambiando los números de teléfono para que del otro lado al ver de dónde llaman, no le corten al instante.
Juan Pablo Bruzzo, presidente de Moni y de la Cámara Fintech, admite que esta coyuntura resiente la capacidad de pago de los clientes, al punto que en los últimos meses han visto un leve incremento de la mora. Alejandro Cosentino, presidente de Afluenta y vice de la Cámara Fintech, relata que ante este contexto los bancos se retiraron de la originación de crédito y los que prestan son más cautelosos: “El solicitante no puede pedir préstamos más grandes porque tiene una menor capacidad de endeudamiento. Además, la tasa es más alta con lo cual la cuota es más cara. Por otra parte, la situación económica de menor aumento de sueldo, tarifas más altas y más desempleo deteriora la capacidad de endeudamiento”.
Guillermo Combal, presidente de Recuperos y Mandatos, reconoce que tuvieron que aumentar la dotación de gente para poder cobrar: “Antes con 30% de llamados teníamos una efectividad, ahora necesitamos triplicar esa cantidad de llamadas para contactar a la gente. Además, tenemos un problema de búsqueda, entonces tenemos un equipo de back office muy fuerte que se ocupa de tratar de encontrar al deudor. Luego, lo contactan y tratan de ser más flexibles, de entender la situación por la que está pasando”.
A su juicio, en el contexto actual, donde está muy comprometida la capacidad de pago de los deudores, para las empresas de cobranzas es clave trabajar sobre la mora temprana. Esto se debe a que cada día cuenta y cuanto más cerca del vencimiento, llegan con una propuesta de pago al deudor y mejores chances de cobrar. El paso del tiempo hace que la persona tenga menos capacidad de pago y además se agrava la situación por el impacto de la tasa de interés.
Fuente: Cronista