Estudios del INTA Manfredi demostraron que, con ensilajes de sorgo, se logran niveles de rendimiento forrajero, calidad y nutrición animal similares a los obtenidos a partir de ensilajes de maíz. La elección del híbrido es clave para obtener una respuesta animal competitiva, sumado a las buenas prácticas para la confección de silajes.
Así, según destacaron desde INTA, “lejos de considerarse una reserva forrajera de uso ocasional, la combinación de ensilajes y ganadería es una decisión que gana consideración entre los productores. Además de aumentar la productividad, el uso de picados permite incrementar la oferta forrajera total, brinda estabilidad a lo largo del año y facilita la obtención de un balance nutricional positivo en las distintas etapas de producción, principalmente en recría y engorde”.
Debido al abanico de aspectos beneficiosos, técnicos del INTA exploran las potencialidades del sorgo como recurso forrajero alternativo al maíz, a partir de evaluaciones realizadas en parcelas experimentales, lotes de producción y campos de productores.
“Con una marcada tendencia hacia la eficiencia, los resultados indican que los animales alimentados con ensilajes de sorgo logran niveles de respuesta productiva similares a los obtenidos con ensilajes de maíz. La elección del híbrido es clave para obtener una respuesta animal competitiva, sumado a las buenas prácticas para la confección de los ensilajes con picados de planta entera”, señalaron desde el Instituto.
Estos estudios cobran importancia a la par del buen momento tecnológico que atraviesa el sorgo, con hechos destacables como la buena performance de los híbridos sileros para la nutrición animal y el lanzamiento de los primeros cultivares del mercado con resistencia a herbicidas del grupo de las imidazolinonas para el control de malezas.