La incidencia del cáncer de cabeza y cuello en Misiones y el NEA es más alta que en el resto del país porque, según coincidieron la odontóloga Laura Fascetto del IMC, estomatóloga y especialista en cirugía bucomaxilofacial que atiende a los pacientes oncológicos en el Instituto Misionero del Cáncer (IMS) y el director de ese Instituto, el médico oncólogo Ángel D´Annunzio, la Provincia tiene un porcentaje importante de su población rural en situación vulnerable.
De hecho, según indicó Fascetto en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el cáncer de cabeza y cuello está muy ligado a la mala salud bucal, el consumo de alcohol y cigarrillo y la presencia del Virus de Papiloma Humano (HPV). “El HPV que es un virus que la población lo asocia más con el cáncer de cuello uterino. Pero, lo cierto es que tiene mucha incidencia en la cavidad oral. De hecho, el cáncer de cabezo y cuello ligado al consumo de tabaco y alcohol viene en disminución por la campaña de concientización que se está realizando para reducir este consumo. Pero está aumentado la incidencia de este tipo de cáncer ligado al HPV, especialmente entre la población más joven. Y se estima que esto se produce porque se trasmite el Virus del Papiloma Humano a través de sexo oral”, señaló la odontóloga especialista.
Señales de alerta
Las lesiones pre-cancerígenas pueden ser manchas rojas, blancas o úlceras que no cicatrizan en más de 15 días. “Estas son pautas de alarma que el paciente debe tener para poder consultar enseguida”, indicó la odontóloga. También hay medidas preventivas que ayudan a evitar el riesgo de contraer este tipo de cáncer: “no beber alcohol, no fumar, tener una dieta variada que incluya frutas y verduras diarias, ajustar bien las prótesis para evitar heridas en la boca, mantener una buena salud e higiene bucal y hacer una revisión cada seis meses con el odontólogo”, indicó.
En la actualidad, Misiones atiende un nuevo caso de cáncer de cabeza y cuello por semana y un promedio de 50 nuevos por año “y a estos, hay que sumar a los pacientes ya diagnosticados porque son pacientes que se tratan durante muchos años”.
Según advirtió Fascetto, es necesario capacitar a los odontólogos porque son los primeros en tomar contacto con esta enfermedad que en el 44% de los casos se produce en las diferentes partes de la boca (lengua, piso de la boca, mejillas y labios), garganta, amígdalas y paladar blando.
El tratamiento de este tipo de cáncer (se estima que este año padecerán 59.000 personas y al menos 10.000 morirán por esta causa en el mundo) es multidisciplinario, por lo que cumplen un rol importante el médico oncólogo, el radioterapeuta, el odontólogo y el cirujano, además de los médicos clínicos hacen de soporte en el área de internación.
El problema es que, según admitieron D´Annunzio y Fascetto, los pacientes llegan al diagnóstico con cuadros metastásicos, en forma tardía, con la enfermedad muy avanzada. “Para nosotros es terrible recibir pacientes que ya no tienen cura cuando sabemos que, diagnosticados a tiempo, tienen un 90% de sobrevida. El odontólogo está muy entrenado para mirar los dientes pero necesitamos que mire también los tejidos blandos, toda la boca”, remarcaron.
Para revertir esto, días atrás, expertos del Instituto Privado de Oncología Alexander Fleming y del Instituto de Oncología Ángel Roffo estuvieron en la Provincia en una jornada intensiva de capacitación dirigida a médicos y odontólogos.