La diabetes avanza en todo el mundo. Se estima que para el 2030 unos 552 millones de personas padecerán diabetes y entre el 15 al 25% de estos sufrirán pie diabético, una de las complicaciones más frecuentes asociadas a esta enfermedad.
En Argentina, los datos preliminares de la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 difundidos días atrás revelaron el aumento estrepitoso de esta enfermedad en la población argentina: el 12,7% ya lo padece y en los últimos cinco años pasó a afectar a un 3% más de los argentinos. Los datos son alarmantes: según la proyección del INDEC, hoy sufren de diabetes 5.650.801 argentinos y al menos 847.620 padecerán pie diabético.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el médico y podólogo, jefe del Servicio de Podología del Hospital de Agudos Enrique Tornú, Enrique Ruiz, quien brindó una conferencia sobre Pie Diabético organizada por la recién creada Asociación de Podólogos y Pedicuros de Misiones, destacó la importancia de capacitar al recurso humano de Atención Primaria de la Salud (APS) en prevención del pie diabético a fin de reducir los índices de amputación de estos pacientes.
“En este momento, más del 50% de las amputaciones por causas no traumáticas corresponden a pacientes diabéticos y esto se puede reducir considerablemente con prevención, con la tarea del podólogo, si se les da lugar dentro del equipo de salud para que junto al personal médico y de enfermería trabaje en la detección y eliminación de las lesiones pre-ulcerativas.
Causa de muchas amputaciones
Ruiz advirtió sobre el aumento de la incidencia de amputaciones entre la población diabética en el país y aseguró que ello se debe a que “trabajamos muy poco en prevención y concentramos esfuerzos en tratamiento, es decir cuando la enfermedad ya está presente”.
En este contexto, abogó por la importancia de contar con podólogos y pedicuras formados en prevención de pie diabético, “sé que en Misiones no hay dónde capacitarse, me sorprende que teniendo una Escuela de Enfermería dependiente de la Universidad no se ofrezca este tipo de formación”.
Según indicó el especialista, “el pie diabético genera un gasto enorme al sistema de salud porque demanda muchas horas de cama de internación por amputaciones. En otras palabras, es un buen negocio hacer prevención y trabajar en equipo para detectar las lesiones pre-ulcerativas: micosis, uñas encarnadas, callos, pequeños cortes… lesiones pequeñas que con el tiempo se transforman en una úlcera en un paciente diabético”.
En tanto, destacó que no se requieren estudios complejos para la detección de las lesiones pre-ulcerosas, “basta con revisar el pie y eliminar estas lesiones, en caso de encontrarlas. Esto lo puede hacer cualquier podólogo entrenado”.
La prevención de la complicación del pie diabético no sólo alarga la vida del paciente diabético sino que garantiza su calidad. “Al evitar la amputación aumenta su expectativa de vida y ni hablemos de las implicancias físicas, psicológicas, sociales y laborales que tiene la pérdida de un miembro para una persona”, indicó.
La experiencia en el Hospital Tornú
Ruiz se refirió a la experiencia en el Hospital Tornú, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde es jefe del Servicio de Podología.
“A veces nos tomamos hasta una hora con un paciente para poder asesorarlo, se trata de conocimientos básicos: cómo higienizarse, cómo controlarse los pies, cómo elegir los zapatos adecuados. Somos como médicos de familia, nuestros pacientes vienen a consultarnos antes de irse de vacaciones qué tipo de zapatos deben usar en la playa para evitar cortes o quemaduras con la arena que puede llegar hasta 70 grados. A veces, pese a todos nuestros consejos, vuelven igual con lesiones y por supuesto nos ocupamos de curarlas”, señaló. Este trabajo permitió reducir en ese nosocomio el porcentaje de amputaciones entre los pacientes diabéticos.
Para Ruiz, es una prioridad que la prevención del pie diabético esté incluida en la agenda de APS, “es una prioridad para la gente”.