Un oficial de alto rango del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) fue pasado a disponibilidad tras ser denunciado por un personal femenino de dicha fuerza de seguridad por acoso sexual, indicaron fuentes del caso.
Se trata de un Alcaide General, quien continuará en dicha situación interna -es decir suspendido de sus funciones- hasta tanto la Justicia se expida sobre el particular, agregó un vocero.
Un portavoz indicó que la denunciante, de 25 años, se presentó ante la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional 1, dando cuenta de que actualmente es Subadjutor del SPP y que “desde hace un año y medio a la fecha sufre acoso por parte del mencionado funcionario. Que su jefe la hizo cumplir labores de auxiliar administrativa, nada relacionado a lo que atañe a su área, que es de seguridad e higiene”.
La mujer agregó que “desde febrero de 2018 su superior comenzó con las insinuaciones, luego mensajes inapropiados y llamadas telefónicas a su línea celular fuera de horario laboral, siempre insinuando que debía mantener una relación amorosa con él”.
El ahora denunciado, siempre según la joven, “la saludaba con dos besos, lo cual no es común dentro de la institución”.
“Soporté esos seis meses ya que eran insinuaciones y no había amenazas de por medio, sin embargo en marzo de 2018, por otra situación similar, este jefe pasó a situación de disponibilidad, reintegrándose al servicio activo en julio de ese mismo año. Al tener conocimiento de su regreso, pese a que está en otra División, solicité a mi jefa directa mi licencia de franco compensatorio de julio 2018, luego vía mensaje de texto esta persona me comunicó que, luego de usufructuar mi licencia, debería presentarme en la Inspección General a su cargo, a prestar nuevamente servicio como su secretaria. Fue allí que nuevamente él persistió en esa actitud insinuante hacia mi persona, donde en reiteradas oportunidades de manifestarle que solicitaba mi traslado, y ante mi negativa constante a sus propuestas, comenzó con amenazas involucrando a mi familia y a mi pareja. Frecuentaba mi domicilio controlando si estaba mi vehículo estacionado o no, hasta dejé de subir estados en mi Whatsapp, porque eso era motivo para sus comentarios, me controlaba si me encontraba en línea o no. No me dejaba mantener ningún tipo de conversación con personal masculino y les intimidaba con su traslado si lo hacían, me extorsionaba laboralmente alegando que yo le debía un favor por mi reubicación y él se imponía diciendo que tenía poder político y laboral. Me amenazaba y amedrentaba en todo momento. Una vez dijo que nadie le podía decir que no y (txt) que ‘el que se interponía en su camino para ser Director General lo destrozaba’. Finalmente, el pasado viernes tomé la decisión para trasmitir a mi superior inmediato mi situación”, describió la mujer.