La medida judicial se concretó ayer en el marco del juicio oral, donde el único imputado es el conserje escolar de 63 años, detenido desde agosto de 2016.
En el comienzo del debate, el hombre optó por su derecho a declarar y se dijo “inocente de todos los cargos en su contra”.
“Tengo hijas y además de portero soy árbitro de fútbol, jamás pasaría por mi mente hacer algo así, estoy muy sorprendido por las acusaciones”, expresó.
Posteriormente declararon dos docentes del establecimiento educativo donde asistía la niña.
Una de ellas, maestra de la víctima, afirmó que “la menor no salía con frecuencia en horario de clases al sanitario, y de hacerlo, ‘iban de a dos’, es decir, en compañía de otra alumna”.
Incluso dijo que “la menor se sentaba a su lado y estaba atenta a sus movimientos”.
Luego fue el turno de otra testigo docente, en este caso la maestra del hermano de la menor, quien en ese entonces iba a jardín (cuya aula está en el mismo predio que la escuela).
La educadora refirió que “la niña a veces iba a buscar o a preguntar por su hermano en horario de clases”.
Finalmente, la madre de la víctima estuvo frente al Tribunal y recordó cómo se enteró de los abusos: “Ella me contó que todo sucedía en el baño de la escuela, lo hizo llorando un día que yo la estaba bañando, además tenía lesiones y por eso le puse crema. Yo creo en mi hija”, dijo con la voz quebrada la progenitora.
“Señas con el rostro”
Momentos muy duros se vivieron al escuchar la versión de la víctima en Cámara Gesell, donde profesionales del Poder Judicial se entrevistan mediante un protocolo especial con la menor.
En su descripción, habría relatado una decena de hechos de manoseos en los baños, donde -de acuerdo a las fuentes– habría dicho que “el portero le hacía desde afuera (el patio de la escuela) una seña con el rostro para que vaya al baño, mientras ella estaba en clases, dentro del aula”.
Esta frase de la niña habría motivado a que el Tribunal ordenara una inspección ocular en la Escuela provincial 129, donde, de acuerdo a la instrucción de la causa, habrían sucedido los vejámenes.
“In situ”
El Tribunal a pleno, compuesto por los jueces María Teresa Ramos, Atilio León y Lida Gallardo, se constituyó en la escuela -emplazada sobre la avenida San Martín de Eldorado- y realizó la inspección ocular. También estuvo presente la defensa del imputado, el abogado Claudio Paniagua, y el fiscal Federico Rodríguez.
El objetivo de la medida fue despejar dudas acerca de algunas de las declaraciones, es decir, examinar “in situ” (en el lugar del supuesto delito) ciertos espacios físicos que pueden llegar a comprobar el modo en que se pudo configurar el hecho o su efectiva ocurrencia.
De esta manera, se pudo determinar que al parecer la menor no tenía un panorama del patio desde donde se sentaba en clases, ni desde la puerta o una de las ventanas, indicaron fuentes del caso.
Peritos de la Policía de Misiones realizaron mediciones, planimetrías y sacaron fotografías de la escena, ya que se considera a la inspección como una medida de prueba.
Aún restan once testigos y termina la semana que viene
Está previsto que hoy declaren otros seis testigos y mañana se cierre la ronda de testimoniales con otros cinco citados. Una vez cumplida esta instancia, el Tribunal solicitará un cuarto intermedio hasta la semana que viene, donde fijará fecha para los alegatos y el fallo, que puede ser condenatorio o absolutorio.
El caso se remonta al domingo 14 de agosto de 2016, cuando la madre de la víctima, una joven de 23 años, se presentó ante la Comisaría de la Mujer de Eldorado y radicó la denuncia que disparó la investigación.
Una vez al tanto de lo sucedido, se ordenó la inmediata detención del ahora imputado.
Un primer examen médico no detectó lesiones en la menor, sin embargo un segundo diagnóstico mostró lo contrario, según trascendió ayer en el marco del debate.
El portero llegó a juicio con la calificación de “abuso sexual gravemente ultrajante, calificado por el uso de arma”, delitos que prevén una pena de entre 8 y 20 años de prisión, según el Código Penal de la Nación.
Vale recordar que el caso conmocionó a gran parte de la sociedad eldoradense. Hubo marchas e incluso incidentes violentos en el lugar donde estuvo alojado por primera vez el sospechoso.