El deporte está lleno de historias que, vaya paradoja, van más allá del deporte. Una de ellas es la que tuvo lugar en el aeropuerto de la capital provincial. Oscar Osvaldo Velázquez (34) es paraguayo pero, en el Mundial de Futsal Misiones 2019, vestirá la camiseta de Italia, donde vive desde hace 18 años. Hace casi tres no veía a su padre, que vive en Asunción y que el último viernes de noche lo sorprendió cuando se bajaba del avión para pisar la tierra colorada. La mejor sorpresa.
“Fue una alegría inmensa verlo después de tanto tiempo, me da muchas fuerzas para enfrentar este Mundial”, dijo ayer el experimentado ala, dueño de una historia propia del sueño del pibe.
EL DEPORTIVO lo visitó en un hotel del centro capitalino donde, acompañado de su padre, aguarda junto al plantel azurro por el debut de mañana ante Sudáfrica. Para tener en cuenta: los tanos comparten grupo con Argentina. Ojo.
Velázquez nació en Pedro Juan Caballero, al norte de Paraguay, en la frontera seca con Brasil, pero no fue hasta que se mudó junto a sus padres a Asunción que descubrió la pasión por el futsal. “Comencé a jugar en un club muy chico de Asunción, Coronel Ezcurra. Ahí gané mi primer título e inicié mi carrera”, le dice a este Diario.
Una convocatoria a la selección paraguaya para jugar la Copa América, en 2001, fue lo que le abrió las puertas del mundo. “Ahí me vio el empresario Roberto Dalia, de Nápoles, a quien le voy a estar agradecido toda la vida. Tenía 19 años y me mudé a Italia, era todo nuevo, realmente fue un sueño”, explicó Oscar.
Velázquez vivió primero en Abruzzo y luego en Roma, su actual lugar de residencia. Con la selección paraguaya jugó ni más ni menos que tres mundiales bajo la modalidad fútbol sala, hasta que recibió la nacionalidad italiana y fue convocado para conformar el combinado italiano que juega bajo las reglas de la Asociación Mundial de Futsal, organizadora del certamen que arranca hoy en Montecarlo. “Mi nuevo objetivo es defender la camiseta italiana”, aclara el jugador.
Del sueño a la realidad, la vida pasa rápido y Oscar ya lleva casi dos décadas viviendo en Italia. “Vivo allá desde hace 18 años, toda una vida”, dice y se ríe cuando EL DEPORTIVO le pregunta si se siente paraguayo o italiano: “Digamos que hoy por hoy soy más italiano, pero uno nunca es olvida de donde nació, de las raíces”, afirma, en un castellano que no puede ocultar un leve acento propio de quien habla a diario el italiano.
Sobre la vida en Roma, Velázquez admite que “es totalmente diferente a lo que yo vivía en Paraguay”. Claro que el cambio de aire no fue fácil, pero tuvo sus frutos: “Tuve que salir a buscar mi futuro. Gracias a Dios conté con el apoyo de mis padres. Y gracias a todo eso, hoy tengo allá una familia formada”. Tanto echó raíces Oscar en tierras italianas que sus dos hijos, un varón de 8 años y una niña de 3, nacieron en Italia. Es ciudadano paraguayo e italiano. Y de mundo.
La llegada a Misiones para disputar el Mundial no sólo lo acercó al terruño, si no que también a la familia. Italia llegó a última hora del viernes a Posadas y, en el aeropuerto, Velázquez era el único que contaba con un familiar esperando: su padre, que lleva su mismo nombre.
“Hace casi tres años que no volvía. Me sorprendió verlo, fue una alegría inmensa abrazarlo después de mucho tiempo. Y me da más fuerzas para afrontar el Mundial. Fue algo muy lindo. Yo sé que él está orgulloso de mí, pero yo también de él, por la oportunidad que me dio para que hoy yo pueda hacer lo que hago”, lanzó Oscar, al borde de la emoción, y con el otro Oscar, el padre, a un lado.
Velázquez es un agradecido a la vida y a la pelota, que lo llevó por un camino que jamás hubiere imaginado. “Toda mi vida la dediqué al futsal y agradezco a Dios por las oportunidades que me dio. Nada es fácil, sobre todo porque el futsal no es profesional. Por eso, mi consejo para los más chicos es que aprovechen todas las oportunidades al máximo, que no dejen pasar el tren”, sintetiza tras agradecer la entrevista.
Y se funde en un abrazo con su padre, que lleva en la sangre la garra guaraní y afirma que, pese a todo, hincharía por Paraguay en el hipotético caso de un cruce entre la albirroja e Italia. Nadie le cree: Italia parece haber ganado un simpatizante más en suelo misionero.