Tras el último caso reportado por la Policía de Gobernador Roca de un niño de cuatro años “picado” por un extraño gusano peludo, el Ministerio de Salud Pública de Misiones emitió un comunicado para advertir sobre la presencia en distintos puntos de la provincia de la megalopyge opercularis, más conocida como la oruga peluche.
PRIMERA EDICIÓN dialogó al respecto con el jefe del Programa Animales Venenosos de Salud Pública de la provincia, Roberto Stetson, para interiorizarse sobre el manejo de estos insectos en la tierra colorada.
“Estas orugas se encuentran distribuidas en toda la provincia y siempre estuvieron pero son silvestres. Entonces, a medida que el hombre fue avanzando sobre sus áreas naturales y transformándolas en sectores agrícolas o urbanos provocó una mayor posibilidad de contacto con ellas”, indicó.
Asimismo, señaló que “aunque todos los años sucede algún tipo de accidente, no tenemos registrado que haya algún tipo de brote epidémico, como sí se han registrado hace algunos años en Jardín América, Roca, Santo Pipó, San Ignacio. No tenemos datos estadísticos de la provincia, porque no está incorporado la denuncia de esos casos que no es obligatoria. Por el momento son todas situaciones aisladas y en muchos casos se conocen a través de las consultas desde los centros asistenciales, donde hubieron más de 500 casos en cinco años en distintos puntos de la provincia”.
Diferentes especies
Roberto Stetson explicó que en Misiones “hay dos tipos de orugas. Una de ellas es como un peluquín de color marrón canela; la otra tiene como mechones en sus cerdas y en la parte anterior tiene como unos pelos más largos que forman como una melena de león. En ambos casos los accidentes se producen por unas cerdas venenosas que tiene debajo de su cobertura más fina. Suelen ser muy dolorosos ante el contacto pero no se trata de una picadura sino que sus cerdas pinchan al contacto como un mecanismo de defensa contra los depredadores”.
En este sentido, aclaró que “en todos los casos de los trabajos que he leído en los cursos y capacitaciones que he estado en el extranjero, nunca hubo registrados casos mortales. Sucede que es muy doloroso e irradia desde el punto de contacto hacia el resto del miembro; si es en la mano hasta el hombro; si en el pie hasta la rodilla. Es un dolor similar a una quemadura y en el 50 % de los casos puede haber edemas pero se puede revertir al colocarse medicamentos que son calmantes o desinflamatorios. Los tratamientos dependen de las características del paciente pero hay una variedad de productos como lidocaína, además existen cremas y lociones; todo lo que se denomina tópicos externos”.
Los tratamientos
Acerca del miedo reinante en la población ante la presencia de estas orugas, el jefe del Programa Animales Venenosos remarcó que “hay mucha confusión sobre las distintas orugas. En Misiones existe otro tipo de oruga, la lonomia obliqua, esa provoca hemorragia y está circunscrita a la zona centro y el norte de la provincia, más sobre el lado del río Uruguay. En el caso de entrar en contacto con ella hay que incurrir inmediatamente al médico”.
Puntualmente sobre la oruga peluche, advirtió que “en todos los casos de contacto se siente mucho dolor, la gente generalmente aplica una inmersión en agua tibia y eso produce calma, al igual que el uso de paños de agua tibia. Sin embargo, en el caso de colocar hielo provoca el efecto contrario y el dolor se intensifica”.
Stetson enfatizó que resulta contraproducente el uso de tres prácticas que circulan en redes sociales, como el aplicar una cinta adhesiva sobre la zona afectada para extraer las cerdas, con lo cual lo que en realidad hace es inocular más veneno.
Los más peligrosos
En cuanto a los animales más venenosos que habitan en la región, Roberto Stetson contó que “hubo casos de muertos por la oruga lonomia oblicua, como sucedió hace un tiempo con el caso de un joven aborigen quien tenía un problema de salud previo, con lo cual a pesar de que se le aplicó el antídoto falleció. Esa es la oruga produce trastornos hemórragicos. A pesar de esto, en la provincia sucedieron más accidentes con escorpiones y abejas”.
Recordó además que el último caso mortal con una araña ocurrió el año pasado en Corpus, con un adolescente de quince años, aunque aseguró que este tipo de contactos letales poco frecuente.
En comparación, resaltó que “la provincia cuenta con el mayor índice de accidentes con ofidios del país y que ello se debe a la gran cantidad de especies. Existen siete diferente especies de yarará, cuatro de coral y una de cascabel. También la expansión de la actividad forestal, agrícola y urbana en sitios con naturaleza hace que aumenten los accidentes”.