A tres meses de su implementación, el programa Nutrificarte del Instituto de Previsión Social (IPS) tiene sus primeros resultados y son, como mínimo, llamativos.
El mismo, destinado a jubilados y pensionados que cobran la mínima y no reciben otro aporte social o familiar, evaluó las conductas alimentarias e indagó sobre los factores de riesgo y descubrió que el sobrepeso, la obesidad y el colesterol alto son problemáticas a las que se debe prestar atención.
El plan consiste en la entrega de bolsones alimentarios que contienen aceite, arroz, azúcar, fideo, lentejas, tomate, atún, leche en polvo, harina y yerba mate y en el dictado de talleres de educación alimentaria a cargo de nutricionistas.
Se lanzó en noviembre pasado por un período de tres meses y, a partir de febrero, se decidió que continúe por tres meses más. “Es un plan de educación alimentaria.
El año pasado cubrimos 27 delegaciones en toda la provincia convocando a nuestros afiliados pasivos que reciben el haber mínimo o aquellos afiliados que reciben un haber menor y no tienen sostén social o familiar”, explicó a PRIMERA EDICIÓN el presidente de IPS, Carlos Arce.
“En esa recorrida, las tres nutricionistas dictaron talleres de educación alimentaria y al final entregamos las bolsas con diez alimentos básicos. Recorrimos tres veces las 27 delegaciones con una convocatoria importante”, agregó.
La situación en cifras
El programa estuvo destinado a un universo de 3.387 afiliados que cobran el haber mínimo, de ellos, 2.470 asistieron a los talleres. Se aprovechó la ocasión para indagar acerca de los hábitos de los afiliados.
“Les preguntamos cuanto líquido tomaban, qué cenaban, qué desayunaban, un intercambio con la nutricionista”, aclaró Arce. Además se controló peso y talla, el azúcar y se investigó si tenían alguna enfermedad.
“En ese interrogatorio hemos tenido datos que nos asombraron pero muestran la realidad”, señaló el titular del Instituto.
De los 2.470 afiliados que participaron del programa, un 83% tuvo un episodio de hipertensión arterial, algunos tratados y otros no. El 72% tenía algún tipo de diabetes y el 62% indicó que tuvo algún episodio de elevación de grasa en sangre como colesterol o triglicéridos.
Además, el 37% es tabaquista. También se realizaron mediciones de índice de masa corporal. En ese caso se detectó que el 76% de los afiliados pasivos que se sometieron a la medición tienen sobrepeso y un 15% obesidad.
“Es decir que un 91% de ellos están por encima del peso normal”, señaló Arce y aseguró que “esto se evidenció más en el Nordeste de la provincia”.
Cómo continuará
Desde el 25 de febrero hasta el 1 de marzo, en todas las delegaciones del IPS de la provincia, estarán disponibles los módulos alimentarios para los afiliados con ingresos escasos y sin sostén económico familiar y jubilados y pensionados con haber mínimo.
Los requisitos para acceder al plan son presentar el carnet de jubilado o pensionado, el último recibo de sueldo y ser beneficiarios con haberes previsionales equivalentes al mínimo garantizado.
También continuarán los talleres, pero luego de las cifras detectadas, “independientemente de la educación alimentaria, vamos a tener que reforzar la información sobre los factores de riesgo. Entonces el programa Nutrificarte va a cumplir otro objetivo que es la prevención en salud”, señaló Arce.
Además, indicó que una problemática marcada es la falta de actividad física en los afiliados. “Tienen un ingreso calórico desproporcionado en comparación al gasto. Tenemos para compensar eso. Hay que ir, en forma progresiva, modificando estos hábitos de vida de nuestros afiliados pasivos”.
Para finalizar, Arce remarcó que “esto es importante porque nos reforzó el objetivo. Es más que sólo una educación alimentaria sino prevención en salud desde el punto de vista sanitario”.