¿Qué ocurriría si pudiéramos generar a voluntad la hormona de la felicidad?¿Se lo imaginan?
No hay duda de que nos sentiríamos espléndidos y nuestras relaciones interpersonales serían siempre maravillosas. Sin olvidar de que nuestra salud mejoraría. En pocas palabras, nuestra vida daría un giro de 360 grados.
Puede que todo esto suene como un experimento tomado del libro de “El arte de la felicidad” de Dalai Lama, pero les aseguro que sí es posible.
¿Pero cómo? Resulta que esa hormona mágica se llama oxitocina y su existencia nos estimula en niveles quizás impensados, porque entre más felices somos el mundo se vuelve un mejor lugar para vivir.
Y ¿cómo se produce oxitocina? Es sencillo, podrías por ejemplo cantar tu mejor canción, bailar con tu pareja, abrazarla, organizar un encuentro con tus amigos o salir a caminar con tu mascota. Lo primordial es dar mucho amor y por último: conectate a las redes sociales.
Es que Facebook, Instagram, WhatsApp o Twitter pueden generar oxitocina. Y lo sabemos gracias a los estudios del neuroeconomista Paul J. Zak, de la Claremont Graduate University de EEUU, publicados en su libro “La molécula de la felicidad”, producto de diez años de experimentos.
Zak descubrió que enviar mensajes tienen conexión entre la hormona oxitocina, relacionada tanto con los patrones sexuales como con la conducta maternal, y las redes sociales.
¿Y cómo logró ese descubrimiento? El profesional realizó una serie de estudios tomando muestras de sangre de algunas personas antes y después de usar, por ejemplo, Facebook.
Los análisis mostraron que, tras el uso de las redes sociales, aumentaba la cantidad de la “hormona de los abrazos o besos”. Además, provocaba en los internautas una sensación de felicidad. Mientras que los niveles de las hormonas del estrés disminuyeron cada vez que compartían mensajes en la red social.
Otro dato es que “la oxitocina actúa como neurotransmisor en el cerebro”, según la investigadora sueca Uvnäs-Moberg “los hombres necesitan ser tocados dos o tres veces más a menudo que las mujeres, para mantener el mismo nivel de oxitocina”, remarca Fayerwayer.com
Lo sorprendente de todo esto es que Zak comprobó científicamente que la oxitocina es uno de los motivos por el cual buscamos conectarnos a nuestras redes sociales, ya que hacerlo activa la producción de la hormona del amor, de la misma manera que si la conexión fuera física.
Por
Susana Breska Sisterna
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Producción Fotográfica: M. Colman
Modelo: Florencia Nielsen
Agencia: MH Modelos by Mónica Hein