El único detenido por el crimen del mecánico misionero Jorge Feliciano Olivera (23) logró aplazar la segunda rueda de reconocimiento, que debía realizarse el último viernes, tras solicitar el cambio de su abogado.
Se trata de Rodrigo Nieves (18), integrante de un peligroso “clan” que suma un centenar de causas penales y atemoriza a varios barrios de Comodoro Rivadavia, donde se había radicado el mecánico oriundo de San Vicente.
Nieves ya fue reconocido por el principal testigo de la ejecución a balazos, el hermano de Olivera. No obstante, el viernes debía ser sometido a un nueva rueda ante otro testigo, pero el joven logró aplazar el procedimiento ante el pedido de cambio de defensa.
Olivera fue asesinado a balazos alrededor de las 20 del jueves 3 de enero pasado, en momentos en que trabajaba en su taller emplazado sobre San Martín y Las Rosas de Comodoro Rivadavia.
La víctima se encontraba junto a su hermano y un cliente cuando irrumpió en la escena el homicida, quien aparentemente le exigió el arreglo de su automóvil, un Peugeot 206. Al parecer, el mecánico misionero se negaba a realizar ese trabajo en razón de que ya había realizado un trabajo para ese joven y éste no le había abonado.
Se presume que el acusado habría disparado al menos tres veces hacia Olivera. Uno de los impactos dio en la cabeza del misionero y le provocó traumatismo de cráneo grave. Falleció tras una penosa agonía tres días después del ataque.
Dolor y justicia
Hace siete días, tras un viaje de casi 2.500 kilómetros, los restos de Olivera fueron inhumados en el cementerio de San Vicente. Allí familiares y amigos exigieron el esclarecimiento del hecho y que el responsable pague por lo que hizo.