Battisti, de 64 años, fue detenido el sábado por un equipo de agentes italianos y bolivianos cuando caminaba por el centro de Santa Cruz de la Sierra, en el este de Bolivia y, ni bien se informó la noticia, tanto el flamante presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, como el gobierno italiano celebraron su captura.
“¡Felicitaciones a los responsables de la captura del terrorista Cesare Battisti! Finalmente se hará justicia al asesino italiano y compañero de ideales de uno de los gobiernos más corruptos que ya existieron en el mundo (PT)”, celebró Bolsonaro en su cuenta de Twitter a poco de que Italia confirmara el arresto.
Bolsonaro también felicitó al ministro del Interior italiano y máximo referente de la derecha en ese gobierno, Matteo Salvini.
“Agradezco a las fuerzas policiales italianas y extranjeras, a la policía italiana, a Interpol, a AISE (servicio de inteligencia italiano) y a todos los que trabajaron en la captura de Cesare Battisti, un delincuente que no merece una vida cómoda en la playa, sino terminar sus días en la cárcel”, escribió Salvini en Twitter.
El caso Battisti es una bandera de la administración Bolsonaro, ya que el italiano había conseguido en 2010 el asilo otorgado por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Por eso, el nuevo gobierno brasileño se puso en alerta de inmediato tras la detención. Bolsonaro llamó a una reunión de emergencia con los ministros de Justicia, Sérgio Moro, y del Gabinete de Seguridad Institucional, el general Augusto Heleno, entre otros.
Tras la reunión, el general anunció que la policía de Bolivia entregará a Italia al ex activista de extrema izquierda italiano, pero aclaró que el avión parará primero en Brasil para un cambio de nave.
“Es por una cuestión de autonomía del avión”, dijo Heleno a periodistas luego de la reunión, en la cual Brasil se puso como prioridad evitar que Bolivia extradite directamente a Italia al condenado por terrorismo.
Además, Heleno aclaró: “Bolsonaro no está celebrando nada, apenas quiere que se vaya un delincuente de Brasil“.
Vivir en el exilio
Battisti vivió más de una década exiliado en Brasil. Sin embargo, en diciembre pasado, el presidente saliente, Michel Temer, canceló el asilo político, lo que dejó en vigor el pedido de captura realizado por Italia.
Para evitar ser detenido, Battisti abandonó el país y se fugó a Bolivia en circunstancias aún no aclaradas.
El caso había generado expectativa sobre un posible asilo del italiano por parte del presidente Evo Morales, como había pedido la madre del hijo brasileño de Battisti.
En pocas horas, Bolivia pareció desentenderse del asunto con la declaración del ministro del Interior, Carlos Romero, que consideró que Battisti debe tener una “salida obligatoria” por haber ingresado en forma irregular.
“Se ha emitido la presente resolución de la Dirección Nacional de Migración por la que se dispone la salida obligatoria del señor (Battisti)”, indicó el ministro.
Romero aseguró que el extranjero “ha ingresado a territorio boliviano en condición irregular” y que el momento en que se lo arrestó no portaba “un ingreso migratorio” autorizado para residir en Bolivia, además que contaba con el “sello rojo” de la Interpol.
El ministro boliviano explicó que “en las siguientes horas” el italiano será entregado a Interpol Italia en el aeropuerto cruceño de Viru Viru, para que aborde un avión enviado por el gobierno italiano.
En Roma, familiares de las víctimas dijeron que esperan por justicia con la detención de Battisti, quien niega las acusaciones de los homicidios como parte una justicia de excepción contra la militancia violenta de la izquierda en los años setenta.
Battisti había sido asilado en Francia pero abandonó ese país en 2004 cuando se le retiró el apoyo, tras lo cual llegó a Brasil y fue descubierto en 2007.
En el último día de su gobierno, Lula le dio el asilo considerando que no había garantías para un juicio justo en Italia, pese a que el Supremo Tribunal Federal había dictaminado la extradición.
Fuente: Télam