“El Cordobés” (45) pensó que ya nadie lo buscaba. Habían pasado tres años. “El tiempo que pasa es la verdad que huye”, reza el viejo axioma judicial. Viejo axioma, valga la redundancia. Muy viejo. Porque hoy, en pleno siglo XXI, la revolución digital también deja huellas y permite romper con esa brecha que muchas veces se torna insalvable.
Los efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Misiones no lo habían olvidado. Sabían que había estado en Santa Ana, Puerto Iguazú y Chaco.
Necesitaban de un error, un descuido, apenas un desliz para cerrar el círculo. Y Facebook entregó lo que tanto necesitaban. Un perfil, algunos contactos, un par de conversaciones. Y un dato providencial: Río Tercero, provincia de Córdoba.
En esa localidad del centro cordobés finalmente fue detenido el sexto y último prófugo que tenía la causa por la violación múltiple perpetrada en octubre de 2015 en el barrio Los Patitos de Posadas. La verdad finalmente salió a la luz a 1.290 kilómetros de Misiones y más de tres años después. El tiempo no siempre es el mejor aliado del crimen.
Tal como PRIMERA EDICIÓN informó en su momento, el episodio ocurrió en la madrugada del lunes 12 de octubre de 2015 cerca de Itaembé Miní. Allí, una joven de 18 años denunció que la habían “dopado” en una fiesta para luego empalarla y violarla. Los autores habían sido seis hombres, de los que apenas conocía apodos y otros datos poco certeros.
La investigación encabezada por el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, arrojó los primeros resultados horas después, con la detención de los tres primeros sospechosos. Las pruebas de ADN fueron contundentes sobre ellos.
Sin embargo, de los otros tres sospechosos había apenas sobrenombres. “Charly”, “Chanchín” y “El Cordobés”. Era como buscar una aguja en un pajar, pero los detectives de la DDI misionera aceptaron el desafío y comenzaron a trabajar.
Meses después llegaron los primeros resultados. “Charly” había sido detenido en Garupá. Pero de los otros dos, todo indicaba que habían escapado de la provincia, lo que complicaba aún más la labor.
Algunas consultas, unos pocos hilos y un análisis exhaustivo de las redes sociales fueron la clave para que la “manada posadeña” finalmente terminara tras las rejas. Y en ese marco, Facebook jugó un papel preponderante. “Chanchín” fue detenido en Buenos Aires gracias a la patente de una moto que salió detrás suyo en una foto del perfil.
Y ahora le llegó el turno a “El Cordobés”.
Sin que lo supiera, el último de los acusados comenzó a ser seguido de cerca desde hace varias semanas, después de ser “reencontrado” por los detectives en Facebook. Había abierto un nuevo perfil, pero no engañó a los investigadores, que confirmaron todo y enseguida pidieron colaboración a la Policía de Córdoba.
Los efectivos de esa provincia realizaron una vigilancia encubierta en Río Tercero y confirmaron las sospechas que venían de Misiones. El último martes finalmente lo apresaron cuando salía de su casa. Sobrevivía mediante changas y había posteado algún que otro mensaje en Facebook horas antes de ser apresado. Nunca imaginó que tenía “seguidores” que querían mucho más que su amistad.