Diana Corti, directora del Centro de Veterinaria y Zoonosis de la Municipalidad local, y la impulsora de la denuncia penal contra el último dueño del pitbull Papo, confirmó que el interés de quienes buscan la recuperación definitiva de Papo, es que encuentre un hogar donde lo adopten de manera responsable.
Papo aún debe continuar un tratamiento médico y de rehabilitación. “Todavía no encontramos a nadie que reúna las características que se necesitan para adoptar a Papo.Mientras tanto seguiremos aportando entre quienes se interesaron en su recuperación para su tratamiento”, explicó Corti en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Quien quiera quedarse con el perro deberá tener una vivienda con muro perimetral y no tener otros animales. Después de todo lo que tuvo que pasar Papo, debe cumplir un proceso de rehabilitación” para recuperar su socialización con otras mascotas como con las personas.
De hecho, hasta que Papo recupere la confianza en las personas, se suspendieron las visitas a la veterinaria SOS Ramírez Wyss porque afectaban el ánimo del pitbull.
“En Eldorado no tenemos un entrenador que se especialice en esa rehabilitación, sólo conocemos de un entrenador de la Policía que está en Posadas y está muy capacitado para hacerlo”, reveló Diana Corti. De apelar a este profesional, habrá que trasladar al perro a la capital provincial y costear el tratamiento.
“Luego el adoptante debe pensar que su mantención significa gastos importantes”, contó la funcionaria. Quien quiera adoptarlo o aportar al tratamiento debe escribir al celular 3751-478897.
De paseo por las calles
Papo responde satisfactoriamente al veterinario que lo ayuda a recuperarse. Con él, ayer al mediodía salió a pasear por Eldorado a pleno sol.
Se trató de un importante signo de recuperación del pitbull tras días de zozobra por su delicado estado. Pero la lucha continúa.
A la espera de la Justicia
La jueza de Instrucción 2 de Eldorado, Nuria Allou, es quien debe definir la situación procesal del último responsable de la tenencia del pitbull Papo que quedó al borde de la muerte, tras pasar mucho tiempo atado dentro de una habitación, sin agua ni comida.
El perro, de seis años de edad, estaba muy anémico por el tiempo que pasó sin alimentos ni líquidos, comiendo sus heces y tomando su orina.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el hombre que trabaja como remisero habría intentado eludir la notificación de la denuncia en su contra. Sin embargo, terminó haciéndolo gracias al accionar policial.
Según fuentes judiciales consultadas por este Diario, de ser encontrado responsable de maltrato animal, la pena que podría recibir sería de 15 días a un máximo de un año de prisión, según lo establece la Ley Nacional 14.346, sancionada en 1954 para quien “infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales”.
Además, la comuna eldoradense cuenta con al menos dos ordenanzas cuyo incumplimiento podría derivar en sanciones económicas.