Paraíso que encierra verdaderas maravillas, como el salto Gramado, bellísima caída que forma el zigzagueante correr del agua en el arroyo del mismo nombre.
Se encuentra a escasos 8 mil metros del ejido urbano, a un lado de la ruta nacional 101, enmarcado en un espectáculo que merece ser admirado. Está escondido, como todo gran tesoro, por lo que deben descenderse varios metros para llegar a él, sólo basta dejarse llevar por el murmullo de las aguas alocadas que finalmente hallarán paz en una tranquila piscina natural.
Bernardo de Irigoyen Misiones es uno de los puntos más altos de la tierra colorada, porque se emplaza sobre el cerro Barracón, a 835 metros sobre el nivel del mar. Este peculiar relieve permite apreciar los maravillosos paisajes que en esta región combinan la abundante vegetación.
Y una de las formas de conocer este apasionante destino es el Circuito de la Selva, que permite internarse en este mundo verde y observar como la tupida vegetación se estira para alcanzar los rayos del sol. Los árboles pueden alcanzar los 35 metros de altura y debajo de ellos toda la flora se desarrolla entre aromas, colores y formas diferentes. Este ambiente posibilita el desarrollo de numerosas especies de la fauna misionera, muchas de ellas incluso de dejan ver en las picadas que se abren.
Otro paisaje que regala son los pinares naturales, que invitan a recorrerlos en un apacible paseo y respirar el aire puro que las grandes arboledas obsequian al planeta.
En las calles citadinas, en tanto, la actividad comercial se vive con gran dinamismo, pues la cercanía con Brasil permite el intercambio entre ambos países y a su vez la proximidad con varias rutas hacen posible la redistribución al interior del territorio misionero.