Una jornada tan especial como el es el Día de la Madre fue un momento propicio para que PRIMERA EDICIÓN conociera en primera persona a las primeras siete familias que serán relocalizadas tras el último desborde del arroyo “La Chancha”, sucedido dos semanas atrás.
“Tras la tormenta , siempre viene la calma”, reza un añejo adagio, y esta gente al parecer lo vive de esa manera, puesto que, tras el terrible momento que les tocó vivir por el desborde de este arroyo a la altura de las avenidas Jauretche y Bustamante, en las chacras 244 y 245, la semana pasada se llegó a un acuerdo con distintos entes municipales y provinciales, incluidos la Defensoría del Pueblo y el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA), para que siete familias sean relocalizadas en diciembre próximo en el barrio Giovinazzo, al sur de Posadas.
Ayer PRIMERA EDICIÓN tomó conocimiento de las siete primeras familias agraciadas en la chacra 245 y se festejó de una manera muy, pero muy singular, ya que era el Día de la Madre.
Las siete primeras familias, de un total de 35, son las siguientes: Tatiana Fagundez, su marido Alejandro y sus dos hijos Axel (8) y Nahuel (4); Alejandro Ifrán y sus tres hijas Claudia, Tatiana y Celeste; Miguel Ángel Ifrán; José Fagundez; Juan Carlos Ifrán, su pareja Jessica y su hijo Elías; Dahiana Ifrán, su marido Julio Fernández y su hijo Leonardo (de 2 meses); y Gustavo Ifrán, su señora Sandra Araujo y sus hijos Luz María y Pedro.
Estas familias fueron las primeras elegidas ya que fueron las más afectadas en forma directa por el desborde del cauce y se encuentran justo en el “codo” que hace el arroyo en su recorrido rumbo al río Paraná, de forma que cada crecida golpea de lleno a sus humildes viviendas.
Ayer la alegría era notoria en todas estas familias y su reflejo podría ser sintetizado en las palabras de Tatiana Fagundez señaló a PRIMERA EDICIÓN: “Todo lo que sufrimos con esta última creciente y quedarnos prácticamente sin nada y, de repente y tan rápido, que nos notifiquen que nos van a dar una casa nueva en diciembre es algo increíble”.
“No te puedo contar lo feliz que me siento y hoy, en el Día de la Madre, qué mejor regalo que éste”, añadió. Por su parte, Julio Fernández dijo: “Nada más lindo que empezar un año nuevo con una nueva vida (…) acá estamos muy contentos y felices. Después de tantas penurias, esto es algo que realmente no lo esperábamos”, destacó.
Las familias elegidas y próximas a partir están más que contentas, entusiasmadas y con el ánimo en alza. Los chicos, en medio de un partido de vóleibol el domingo por la tarde, ya sueñan con su nuevo destino.
En tanto, los mayores, entre mate y mate, intercambian realidades y expectativas de lo que podría depararles este cambio lejos del arroyo que tantas penurias trajo a sus vidas.