Las proteínas son macronutrientes indispensables en la alimentación. Entre sus funciones se puede destacar que, un consumo adecuado de proteínas favorece el desarrollo de masa muscular, repara y protege al músculo y da saciedad, por lo que son muy valoradas entre aquellos que realizan ejercicio físico de intensidad.
Los suplementos de proteínas, como su nombre lo indica, son una “ayuda” que se le brinda al cuerpo ante la falta o insuficiencia de este nutriente. Esto quiere decir que no debería reemplazar a la alimentación normal. Vienen en forma de polvo, de distintos sabores, que se mezclan con agua o leche y se toma como batido antes y/o después del entrenamiento.
Sin embargo, tenemos que tener en cuenta ciertos puntos como el cuerpo no necesita grandes cantidades de proteínas para lograr esos resultados y el exceso, lo desecha; las personas solemos subestimar la cantidad de proteínas que comemos; no sólo las carnes, los huevos y los lácteos tienen proteínas, los cereales, las frutas y verduras también, sólo que en menor medida; se focaliza demasiado en el consumo de proteínas en cantidad y se desprestigia el consumo de carbohidratos; que son igual de importantes en la ganancia de músculo; si consumimos demasiada proteína y dejamos de consumir otros nutrientes, lo que sucede en realidad es la pérdida de masa muscular, porque el cuerpo usa las proteínas para brindar energía y no para su función principal; el exceso de proteínas acentúa los problemas renales y hepáticos que se puedan tener de base, porque alteran el funcionamiento de dichos órganos. También puede causar osteoporosis; un elevado consumo de proteínas puede producir el efecto contrario y dificultar el rendimiento físico, ocasionando deshidratación y fatiga por la pérdida de minerales importantes.
Ningún suplemento reemplaza a los alimentos sino que acompaña al plan alimentario. Un nutricionista puede calcular si con la dieta no se llega a cubrir los requerimientos de proteínas y a partir de ahí, analizar si es beneficioso su consumo y en qué cantidad. Por lo tanto, jamás se puede tomar un suplemento (de lo que sea) aleatoriamente y sin prescripción previa de un profesional.
Colaboración Lic. En Nutrición María Romina Reckziegel – M.P. N° 291