Los siete acusados de trasladar casi tres toneladas de marihuana desde la provincia de Misiones hacia suelo cordobés deberán ir a juicio oral y público, tal como lo dispuso la Justicia. Se trata del secuestro más grande de droga de la historia judicial de Córdoba.
La investigación que pudo desbaratar la banda narco se inició con un apodo: “el Gordo”.
Fue el martes 21 de marzo de 2017, cuando los pesquisas desgrabaron una de las tantas intervenciones telefónicas. Un sobrenombre tan genérico como extendido que tres meses después iba a derivar en el megaoperativo más fructífero de la Policía Federal en esa provincia en relación a estupefacientes.
“Enano” y “Pelado” fueron los otros dos alias que se fueron agregando días después, en aquel incipiente mapa de flechas que aún no conectaban.
Todo se había originado a partir de un número de teléfono que los sabuesos antidrogas perseguían para intentar encontrar al proveedor de una familia que, según sospechaban, vendía marihuana en barrio Mafekin, al noroeste de la ciudad de Córdoba, según se explica en el informe publicado el fin de semana por el Diario La Voz.
Un teléfono, un apodo, otro número, más sobrenombres, paciencia, demasiado sigilo, vigilancia continuada, decodificar el lenguaje encriptado con el que hablaban por teléfono los perseguidos, traducir “bicicletero” por “traficante”.
La causa se fue engordando rápido mientras aumentaban las expectativas de los policías, del fiscal y del juez. Esta vez, se habían topado con algo mucho más grande que lo usual. Fueron tres meses intensos que terminaron por cobrar forma aquel jueves 22 de junio del año pasado, cuando los agentes federales abrieron la cisterna del camión Renault 420 estacionado en barrio Palmar y descubrieron un falso compartimento en el que se almacenaban 2.812 kilos de marihuana, una cantidad jamás vista toda junta en algún operativo que se recuerde dentro de la jurisdicción de la provincia de Córdoba.
Oscar Javier Torres (46) terminó por ser la identidad del nombrado en las conversaciones como “el Enano”, sindicado como el presunto cabecilla de la banda narco, por lo que la investigación quedó bautizada para la historia como “Operación Gnomo”. Varios de los narcos viajaban en los autos denominados “guías” y que van abriendo camino al vehículo de gran porte con el cargamento.
Compartimiento cerrado
Al abrir la cisterna, a simple vista, sólo se la notaba oscura y vacía.
Pero en el medio, a la altura de la parte superior de las tapas de carga, había un compartimiento cerrado con un chapón abulonado.
Tras retirarlo, apareció una segunda tapa de acero: un falso compartimiento con casi tres toneladas de marihuana. Desde la Justicia creen que durante el debate puede surgir el punto exacto de Misiones donde cargaban la droga y ampliar la investigación para desmantelar completamente a la red narco.