La permanente llegada de barcazas con mercaderías dio paso al transporte de pasajeros a través del río Paraná, hecho que se transformaría esta actividad en una parte fundamental para el nacimiento de la capital provincial.
Fue así que el antiguo Puerto de Posadas permanece hoy en las páginas de historia como uno de los puntos de comunicación más importantes de la región antes conocida como Trincheras de San José.
Aunque la clásica estructura se perdió luego del aumento en el nivel de las aguas, por la cota de la represa Yacyretá, su esencia siempre permanecerá en el recuerdo de aquellos que la conocieron en su última etapa. Actualmente, la licitación para operar en el nuevo espacio en la zona de Nemesio Parma permanece sin avances importantes.
Su historia
Los primeros registros de un movimiento portuario en el área datan de la época de la guerra de la Triple Alianza, aunque recién tuvo su inauguración formal en 1914, según detalla la página oficial de APPSA, Administración Portuaria de Posadas y Santa Ana. En un principio, estaba constituido por una precaria infraestructura que consistía en un rústico atracadero en las márgenes del río Paraná.
Fue en 1908 cuando, mediante una dictamen del Gobierno argentino, se dispuso la concesión a capitales privados para la utilización de este enlace acuático y comenzaron a llegar las embarcaciones. Este flujo constante de transportes llevó a que la ciudad encontrara un punto de conexión entre otras ciudades ribereñas, las cuales surgieron al ritmo de la creciente actividad en sus puertos.
Durante varias décadas su administración estuvo en manos privadas, hasta que el 21 de septiembre de 1937 fue transferido nuevamente al Estado Nacional. En ese tiempo llegó a recibir cientos de barcazas a pesar de contar con una limitada estructura, que luego fue mejorada mediante la construcción de un muelle de madera con un tinglado que funcionaría como depósito de mercaderías.
La serie de mejoras en el área también significó la pérdida de parte del reconocido Cerro Pelón, cuyas piedras se utilizaron como relleno costero para ganar terreno en el río Paraná.
Más allá de su uso comercial, este Puerto también contribuyó a estrechar aún más la unión entre la vecina ciudad de Encarnación y Posadas, a través de la llegada de las lanchas de pasajeros, que en los años siguientes además originó una de las actividades más reconocidas en esta zona de frontera, con la llegada de las denominadas “paseras” o “villenas”, dedicadas a la actividad comercial informal.
Su apogeo fue en los años 40 , década en la que funcionó el hidropuerto, que comunicó Posadas con Buenos Aires mediante hidroaviones. Desafortunadamente, el fortalecimiento de los caminos y conexiones terrestres ganaron popularidad ante el transporte fluvial, que mantendría su esplendor sólo unos años más.
La construcción del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz y las mejoras en las rutas marcaría el inicio de su fin como principal unión vecinal y comercial con Encarnación.
Licitación “desierta”
La única firma oferente en la licitación para operar en el puerto posadeño tuvo que dar marcha atrás, debido a “cuestiones técnicas”.
Así lo indicó la APPSA a principios de agosto, cuando su comisión evaluadora determinó que la licitación “quedó desierta”. Ante la falta de oferentes, lo último que trascendió fue que se evaluaba una posible adjudicación directa.