La disconformidad con el Gobierno macrista es evidente y se generaliza semana a semana (según las múltiples encuestas que se publican) y ya llega a cifras impensadas hace tan solo un año, cuando Cambiemos triunfó ampliamente en las elecciones legislativas.
Lo cierto es que al enorme endeudamiento externo, que condicionará por largo tiempo a quienes se sucedan en el gobierno argentino, el defasaje se profundiza con tarifas pensadas en dólares y salarios calculados en pesos.
Como nunca vale aquella vieja máxima que escuché cuando la Argentina aún estaba lejos de haber alcanzado los niveles de retroceso que hoy tiene: “los precios suben por el ascensor y los salarios van por la escalera”.
El panorama ha llegado a un extremo tan preocupante que ya de poco sirven las operaciones periodísticas destinadas a la distracción, aun cuando buena parte de las veces las denuncias que se muestran fueran ciertas.
Para más, comienzan a revelarse otros hechos rayanos con la ilegalidad –o ilegales realmente– que involucran a figuras del oficialismo que parecen no escapar a esa lógica de que la corrupción alcanza a todos.
Ni siquiera las periódicas “reapariciones” del fallecido fiscal Alberto Nisman sirven hoy para mucho. Se ha escrito tanto sobre él tratando de crear una realidad verosímil que ya pocos se interesan en las causas de su muerte. Aunque sigue siendo un recurso presente cada vez que se desee que se mire hacia otro lado.
La protesta de este martes dejará evidente cuál es ese grado de deterioro de gobierno que, al parecer, es muy superior al que sufre cualquier gestión pública.
Además se suma que todas las promesas de campaña han sido incumplidas y, en casi todas ellas, se obró precisamente de la forma que se aseguró no se haría (jubilaciones, impuesto a las ganancias, tarifas, devaluación, endeudamiento, etc.).
En menos de un año el gobierno parece haber rifado al apoyo que recibió electoralmente en 2015 y 2017. Nunca ha llegado el famoso segundo semestre ni sucedió lo de “vamos a estar mejor” que sigue siendo la retahíla oficial cada vez que se le apunta alguna crítica a su política sin avances en el crecimiento del país y el bienestar de todos.
Ojala este paro se visto por las autoridades y sirva para poner las cosas blancas sobre negro.
León Libertario González
Posadas (Misiones)