Es inevitable que los automovilistas que transitan por la ruta nacional 12 giren su cabeza al pasar por el predio de la comunidad laosiana, justo frente al populoso barrio Itaembé Guazú. Es que la estatua en honor a Buda que allí se construye desde hace algunos años es el centro de las miradas y, porqué no, de inquietudes. Tal es así que muchos turistas detienen la marcha e ingresan al predio para indagar más sobre esta obra de nueve metros de ancho y más de once de alto que, una vez concluida, será pintada de dorado porque “iluminará el camino de los fieles”, explicó Pong Bounchanavong, ex presidente de la Asociación Colonia de Laosianos y esposo de Somboon, la actual presidente.
La estructura sería inaugurada en la segunda semana de febrero de 2019, durante la fiesta anual que realiza la comunidad con la participación de delegaciones de todo el país.
Bounchanavong explicó que durante ese encuentro aprovechan para juntar fondos para el mantenimiento del templo, “porque nuestra actividad es sin fines de lucro. Hacemos la fiesta y recaudamos ese dinero una vez al año. Con eso pagamos los servicios como electricidad y agua, el corte de césped, la compra de pinturas para el mantenimiento de las estructuras, entre otros”.
La estatua se comenzó a levantar a fines de 2011 pero solamente se trabaja los fines de semana porque durante los día hábiles los obreros, que pertenecen de la comunidad, se ocupan de su empleo habitual. Según el ex presidente, la tarea se torna lenta por la falta de fondos. Es que la obra es de gran envergadura e insume muchos materiales como hierro, cemento. “Solamente podemos continuar cuando recibimos dinero de donaciones del exterior. Cuando falta plata volvemos a esperar”.
Dijo que hasta febrero “tenemos tiempo de terminar la obra. En dos meses hay que empezar a pintar. La pintura cuesta entre 30 y 40 mil pesos porque es especial, resistente a la lluvia y al sol. Estamos esperando fondos de las comunidades de Estados Unidos y con eso vamos a poder concretar esa etapa”.
A la festividad de febrero llegarán fieles de ciudades como Buenos Aires, Chascomús, Pergamino, Río Negro, Santa Fe, Córdoba, que totalizan unas 300 personas. Además de quienes están asentados en Posadas y en otros puntos de la provincia. Pero la verdad es que pueden asistir todos quienes desean hacerlo. Serán bienvenidos.
Según Bounchanavong, “veneramos a Buda en la fiesta – la religión budista es practicada por aproximadamente el 67% de la población de Laos- y todos los domingos los monjes celebran la misa. Son tres los religiosos y vinieron desde Laos hace poco tiempo, lo que les dificulta hablar en forma fluida el idioma castellano. Permanecen en el predio de la comunidad porque así lo establece el reglamento, tal como sucede con el lugar de descanso y con el horario de la comida. Los domingos la celebración comienza a las 10.30 y termina a alrededor de las 13”.
La comunidad laosiana se constituyó en esta zona alrededor de 1980 cuando llegaron los primeros refugiados y se instalaron en el ex balneario El Brete, en la capital misionera, entre ellos el propio ex presidente.
Relató que en la ciudad de Oberá son cinco familias de laosianos; en el paraje San Isidro se asentaron unas 30; en la Chacra 102, de Posadas, hay unas 40 familias. Hay una en Jardín América, y otras en Leandro N. Alem. “Nos encontramos los domingos, siempre en el tempo de la colonia de Laosianos, porque trabajan durante la semana”, dijo, e invitó a la misa “con los monjes, a limpiar el corazón, a tratar de escuchar las enseñanzas de Buda, a calmarse. Hay que tratar de ser buenas personas”.
Desde la ruta nacional 12, la estatua de Buda se perfila como un atractivo. Creen que será así cuando esté concluida en su totalidad. De todos modos, “ya son muchos los turistas que se detienen para a sacar fotos y para hacer preguntas al respecto de la obra de y otras cuestiones que interesan. Y nosotros les explicamos”.