La mujer de 72 años detenida bajo sospechas de ultimar a su marido, el aduanero César Oscar Paganetto (64), rompió el silencio en las últimas horas ante la Justicia para decirse inocente, y además, apuntar a una tercera persona como autora de los dos disparos que le costaron la vida a la víctima.
Así lo pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes, quienes indicaron que el relato ante las autoridades del caso fue breve y sin brindar mayores precisiones con respecto al presunto “pistolero” que habría intervenido en la vivienda de la calle Cabo de Hornos de Oberá.
La audiencia tuvo lugar en el Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, al frente de la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, quien lleva adelante la investigación. La acusada se presentó junto a su abogada, la defensora oficial Teresa Gómez De Roth, y luego de vertir esas palabras se llamó nuevamente a silencio, aunque no sin antes decirse inocente y negar por completo que fue ella quien disparó.
Tras esas palabras, la mujer fue trasladada de regreso a un centro asistencial, donde permanece internada bajo custodia en razón de una infección que sufre en un brazo. Una vez completado el tratamiento correspondiente regresará a la comisaría seccional Segunda de la Unidad Regional II, en Oberá, donde permanece tras las rejas.
Más allá de los elementos de prueba que ya obran en el expediente, las autoridades resolvieron tomar la mencionada línea investigativa y agotar recursos para saber si efectivamente un tercero pudo haber ultimado a Paganetto.
Por lo pronto, lo cierto es que la viuda continuará bajo encierro e imputada por el delito de “homicidio calificado por el vínculo”, ilícito que, de probarse, podría significarle una pena de prisión perpetua, es decir, 35 años tras las rejas.
El crimen que se investiga tuvo lugar alrededor de las 22.30 del lunes 9 de julio en el inmueble de la pareja, emplazado sobre calle Cabo de Hornos casi avenida Berrondo, sobre el acceso al barrio Villa Svea de Oberá.
Al decir del expediente, fue la propia detenida quien informó a enfermeros que la trasladaban en una ambulancia que su marido había fallecido en el domicilio. Los ambulancieros dieron aviso a la Policía, que no tardó en llegar y toparse con el cuerpo ya sin vida de Paganetto.
Las pericias establecieron que el aduanero, quien trabajaba en el resguardo Alba Posse y era muy querido por sus compañeros y amigos, había recibido dos disparos en el sector derecho del abdomen.
La posterior autopsia permitió la extracción de dos proyectiles calibre 38 milímetros del cadáver. Casualidad o no, lo cierto es que en la propia escena del crimen se secuestró un revólver Colt 38 largo, es decir, probablemente el arma utilizada en el hecho.
La primera teoría de los investigadores apunta a que la viuda ultimó a Paganetto en medio de una discusión de pareja. Por eso es que fue detenida. Sin embargo, ella sostiene ahora que se trató de un tercero en cuestión.