Alumnos de la Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) 39 de esta ciudad hicieron una nueva instalación eléctrica para un salón comunitario que pertenece a la Escuela primaria 485 y que hace tiempo estaba a oscuras. Pusieron manos a la obra y en sólo dos días hicieron los arreglos que necesitaba la comunidad.
La idea surgió del alumno Luis Olivera, que está en sexto año de la EPET, enterado de que el salón de la escuela donde había hecho la primaria estaba a oscuras, con una instalación eléctrica muy vieja y deteriorada y que la 485 no tenía fondos para repararlo. “Me preguntó de qué forma los podíamos ayudar”, señaló a PRIMERA EDICIÓN el director de la EPET 39, Sergio Vallejos. “Este salón comunitario es muy importante para la escuela y para toda la comunidad porque es donde se hacen cumpleaños, bautismos y también velorios”, agregó el docente.
Entonces invitaron a la directora de la primaria para consultarle si podían hacer las reparaciones. Como dijo que sí, “urgente fui con un grupo de chicos a diagnosticar, a hacer los croquis de la escuela y los cómputos de materiales”, dijo Vallejos. La cooperadora se encargó de comprar todo y gracias a la ayuda del concejal Nelson Bretin tuvieron la combi para ir hasta la escuela y empezar la labor.
Fueron a trabajar 16 alumnos de tercer año que cursan el espacio curricular “Instalaciones eléctricas”, dos de ellos exalumnos de la 485, y se sumaron muchos más que no están en dicho espacio y que ni siquiera tenían clases ese día. Lo hicieron para ayudar. “Fuimos y nos pusimos a trabajar. Fue una experiencia hermosa donde pudieron aplicar todo lo aprendido y aprender más cosas”, indicó Vallejos quien los acompañó junto a una nueva profe, Milagros Martínez.
En dos días – jueves y viernes – los chicos realizaron la instalación eléctrica compleja “desde la línea principal al tablero y desde ahí hacia adentro”. Colocaron cinco toma corriente en el salón y fabricaron nuevos reflectores que colocaron tanto adentro como afuera, lugar donde se pusieron cuatro con célula fotovoltaica, “un sistema que prende y apaga solo”, explicó Vallejos.
El viernes, a dos horas de terminar el trabajo, llegó el mal tiempo con granizo y todo. Como sabían que podía ocurrir “los chicos decidieron darle prioridad a las instalaciones de afuera y lo terminaron minutos antes. Después continuaron adentro. Les dije de irnos y volver el lunes pero querían quedarse a terminar”.
Uno de las alumnas contó, mientras arreglaban el salón, que el festejo de sus 15 años lo tuvo que hacer al mediodía porque no había luz por la noche. Ahora, nadie más va a tener ese inconveniente.
“Una vez más una experiencia linda, no sólo en su formación técnica sino también socio-comunitaria que sabemos que es muy importante”, destacó el director. Lo hecho por los chicos es aún más destacable considerando que desde que se abrió la EPET 39 no tienen edificio propio con instalaciones adecuadas a su formación por lo que ocupan el SUM de la ciudad.