Queirel, oriundo de Posadas y defendido por el abogado Javier Irazusta, compareció durante poco más de un mes ante el Tribunal Federal de Corrientes, que lo enjuició por su presunta responsabilidad en el secuestro y desaparición de Marcelo Peralta, hecho registrado en Virasoro el 29 de junio de 1977.
La sentencia se conoció finalmente ayer en la capital correntina y derivó en la absolución del misionero Torres Queirel, según lo resuelto por los magistrados Víctor Alonso, Lucrecia Rojas de Badaró y Fermín Ceroleni.
Durante los alegatos, el fiscal Flavio Ferrini había exigido la pena de seis años de cárcel para Torres Queirel, solicitud de la que también formó parte la querella, conformada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.