No había margen o dudas por sostener, el operativo para detener a Néstor Fabián Rojas no podía fallar. A primera hora y aprovechando que dormían los sospechosos en las cabañas 24 y 25 del complejo turístico La Aventura, predio de poco más de una chacra de las avenidas Zapiola y Urquiza y la costa del Paraná, se “camuflaron” como empleados del lugar investigadores de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) del Poder Judicial y de la Dirección Homicidios de la Policía de Misiones.
Desde camareras a diverso personal de mantenimiento, como cortadores de pasto y barrenderos, se convirtieron los pesquisas con un único objetivo: que no se escape “El Negro”.
A las 10.30 Rojas y su joven pareja posadeña salieron de su habitación y se sentaron a tomar mate y compartir bizcochos con los entrerrianos. Los cinco arribaron juntos durante la noche previa y todos fueron observados al detalle tras el dato.
Las características físicas de Rojas coincidían, pero los entrerrianos y los remises sembraron incertidumbre.
De todas maneras con la luz del día y la calma al sol del presunto sicario narco, los investigadores relevaron visualmente la zona y solicitaron al juez de Instrucción 7, Carlos Giménez, quien además investiga el homicidio del mecánico Aldo Cantero en Gobernador Roca, una orden de allanamiento para desembarcar en La Aventura.
La autorización no demoró y se labró un operativo de contingencia acelerado entre el GOE e Infantería de la Policía para allanar el predio sin que se generara un cruce de disparos en un lugar que cuenta con pasajeros turistas que correrían serio peligro.
El despliegue fue preciso, “no le dimos tiempo a nada”, dijo uno de los ejecutores principales a PRIMERA EDICIÓN.
Rojas soltó el mate al piso y los bizcochos “Don Satur” le quedaron virtualmente atragantados, levantó las manos que fueron precintadas en el instante y sólo reconoció: “Ya está, perdí, ustedes saben muy bien quien soy”.
La detención se produjo a las 12.20, en tres automóviles sin identificaciones policiales y que tampoco podrían ser detectados por la memoria y astucia de Rojas.
El sospechoso arribó a Posadas en colectivo procedente de Ciudad del Este, donde se presume que consiguió la cocaína para cerrar el trato, y dinero en efectivo para cubrir los gastos de “logística”.
Buscó a su novia y se fue a alojar al complejo de cabañas. Se registró como Gustavo Gabriel y se aprontó, presuntamente, para recibir a los compradores de la droga. Entrerrianos, uno de ellos con antecedentes penales por narcotráfico, que pensaban retornar a su capital pasado el mediodía de ayer.
Claves:
- Desde los últimos minutos del domingo 5 de agosto último, los investigadores de Homicidios de la Policía y de la SAIC, contaban con el dato que detrás del asesinato de cuatro balazos del mecánico Aldo Cantero estaba “El Negro” Rojas.
- Se establecieron durante siete días intensos seguimientos y cruces de información desde Jardín América hasta Posadas para atrapar al presunto sicario y narcotraficante. En Encarnación dejó rastros que terminaron de corroborarse en “La Aventura”.
- Escuchas ligan a Rojas con una investigación federal por narcotráfico pocas semanas antes del doble crimen del barrio Tacurú de Posadas. Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra fueron ejecutados de manera similar a la de Aldo Cantero en Roca.