El principio de subsidiaridad obliga al estado a intervenir en aquellas actividades donde los particulares no tengan iniciativa o su iniciativa sea insuficiente; por eso el estado debe intervenir donde hay una necesidad nace un derecho sentenció Evita.
El poder del estado es uno dividido en tres funciones, cada poder tiene determinada cuota de poder, pero el poder es uno, quien lo detenta esa es la cuestión ¿El pueblo, los bancos, las corporaciones?
Una sociedad no es democrática porque puede votar, es democrática porque puede discutir la manera en que pretende vivir, en cada lugar donde hay grupos de personas, en la empresa, en la fábrica, en la escuela, en el hospital, en el congreso, en asambleas barriales etc.
Si el poder ejecutivo gobierna por DNU, saltando al congreso, la democracia va perdiendo el pilar donde se sostiene ¿acaso un régimen personalista que reste valor a los otros miembros de un gobierno no se vuelve una dictadura? ¿No es la dialéctica, ese ejercicio que nos legaron los griegos lo que permite un mejor acercamiento a la verdad? ¿Las ciencias sociales no validan sus premisas en el contraste con las ideas de otros?
Si el estado satisface con sus fondos públicos las dietas extraordinarias de los diputados y senadores para que discutan antes de sacar alguna ley, no deberían ganar igual que los docentes, ya que para poder legislar sobre la realidad se debería vivir en ella, en igual condiciones que la mayoría, porque si no se termina legislando sobre algo que no se conoce. La función del poder ejecutivo es satisfacer los intereses comunitarios impostergables; constitucionalmente ¿Puede un presidente que dura 4 años en su mandato sacar un préstamo por 100 años con intereses casi del 8%, cuando el art. 41 dice que no comprometeremos a las futuras generaciones, donde las deudas externas se vuelven deudas ecológicas pues el dinero representa los recursos de un país?
Escribe Pablo Martín Gallero
DNI: 26741852