Los fuertes incrementos en los precios de los combustibles y las tarifas de energía eléctrica impactan de lleno en diversos sectores productivos, principalmente los que en su consumo básico dependen diariamente del transporte y la utilización de grandes maquinarias.
Al respecto Román Queiroz, propietario de Coama Sudamérica, fábrica maderera de Misiones, confirmó a PRIMERA EDICIÓN que “los primeros meses del año, hasta marzo, se dio un cierto repunte en la actividad forestal. Ahora lamentablemente por las subas de combustibles y energía eléctrica, más la devaluación, hay una recesión muy grande tanto en la parte privada como en la pública. Eso generó que las ventas hayan caído”.
La empresa radicada en Eldorado tiene más de 50 años de historia. En el año 2016 tuvieron que despedir a medio centenar de empleados por los primeros efectos de la crisis económica. Actualmente “la merma de ventas por ahora la estamos sosteniendo, pero en cualquier momento vamos a tener que empezar a suspender algunas obras y días de trabajo de los empleados, porque la verdad es que el impacto es muy grande y cada vez cuesta más vender”, indicó.
Por su parte, Ramón Da Silva, representante de la Cámara de Comercio de Montecarlo, remarcó a PRIMERA EDICIÓN que el sector comercial se ve “afectado fuertemente por el aumento de los combustibles porque eso impacta directamente sobre el precio de las mercaderías que necesitamos trasladar en camiones”.
“Además, socialmente, el aumento de la nafta y la energía eléctrica genera que disminuya el poder adquisitivo de los clientes, y provoca una gran baja para la venta en los supermercados y la mayoría de los comercios”, agregó. Dijo que, en comparación con el 2017, este año las ventas comerciales en Montecarlo padecieron una caída del 4,5%. “Esto hace que los comercios tengamos que implementar nuevas estrategias y bajar el margen de las ganancias para superar este momento. Lo primero que cae es la rentabilidad de los comercios. El esfuerzo que hacemos es enorme para sostenernos en este momento”, contó.
Desde la Cámara de Comercio de Puerto Iguazú expresaron que la economía local está siendo vapuleada por las variaciones cambiarias y las consecuentes subas tarifarias.
En tanto, el integrante de la cámara y a su vez presidente del Consejo de Desarrollo Económico y Social de Puerto Iguazú, Jorge Florentín remarcó que lo más preocupante es que “no tenemos previsibilidad, en este caso, no podemos hacer pensar a futuro, ni siquiera planificar a mediano plazo”. Muchas veces un dólar alto no resulta beneficioso, por ejemplo, las tarifas de energía y los valores de combustibles tienen costos en la moneda estadounidense y los constantes incrementos están golpeando muy duro a varios sectores, entre ellos al comercial. “Las subas de tarifas van a impactar nuevamente de forma negativa. Y con mayor dureza a los comercios que están inscriptos de manera legal, que es la única actividad que genera empleo genuino”, aseguró el empresario a PRIMERA EDICIÓN.
El comerciante mencionó que “las subas de tarifas nos golpean muy fuerte, además porque el transporte también se encarece. Encima en nuestra localidad todavía tenemos un alto porcentaje de informalidad comercial, a pesar de que Iguazú es considerada una ciudad turística”.
Por su parte, la gerente de la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones (APICOFOM), Cristina Ryndycz, expresó que “el sector forestoindustrial está muy castigado últimamente, porque el mercado interno está totalmente deprimido. Tenemos muy pocas ventas y además hay problemas de cobranza, pues hay muchos cheques devueltos, impagados, alta morosidad”.
“Esto hace muy difícil la situación y la cadena financiera no es ágil, las industrias están muy deterioradas, con un costo muy alto para obtener créditos”, manifestó la directiva.
En la entrevista con PRIMERA EDICIÓN, Ryndycz reconoció que “el aumento de combustibles es gravísimo para nosotros porque afecta a toda la cadena, un solo ejemplo es la suba del costo de flete. Además, porque éstos trasladan todos los incrementos, siendo que el combustible es solamente un porcentaje en el costo, no es el único componente del precio del flete, lo que hace que se inflen los valores y nuestros productos terminan siendo muy caros para los consumidores”.
Por su parte, un empresario forestal y socio de APICOFOM expresó que “hay dos insumos que han aumentado considerablemente, como el combustible y la energía eléctrica. El costo de este último, participa en el costo de producción entre un 5 y 8%, depende el tipo de industria que se tenga, pero está claro que ese crecimiento no pudo ser trasladado al producto final. En muy pocos períodos anuales, la energía tuvo tanta incidencia en el costo productivo como el que se vive en la actualidad”.
“Con respecto al combustible, no sólo nos afecta por el consumo sino por los adicionales que tenemos alrededor. Repasando el final de la convertibilidad, el valor del combustible en dólares, el litro de gasoil estaba en unos 50 centavos y la madera se vendía a 36 centavos. Mientras que hoy el combustible supera un dólar, mientras que la madera se está vendiendo en 32 centavos de esa moneda estadounidense”, recordó el empresario.
La gerente de APICOFOM retomó la conversación y remarcó que “en la forestoindustria, todos los equipos funcionan con energía eléctrica, entonces que suba la luz es muy grave porque incide directamente en el producto. Con un mercado interno bajo, queremos exportar, pero los incrementos de servicios influyen en el costo de nuestros productos, lo que resulta muy negativo y va en detrimento para exportar”.