La misma versión que había aportado en la indagatoria volvió a repetir ayer el joven de 25 años detenido por el crimen de su pareja, Ruth (17), en las Dos Mil Hectáreas. Fue ayer por la mañana, en el marco de la reconstrucción realizada en la escena y ordenada por las autoridades judiciales.
El procedimiento comenzó alrededor de las 10, tal como lo había previsto el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, al frente de la investigación. También colaboraron con la labor miembros de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (SAIC) del Poder Judicial, además de la defensa del acusado, del fiscal Horacio Paniagua y de efectivos de la Unidad Regional V.
La reconstrucción se prolongó por el lapso de dos horas, en las cuales únicamente declaró el sospechoso. Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el imputado por “femicidio” -que contempla la pena de prisión perpetua- ratificó su versión inicial y apuntó nuevamente a que se trató de un hecho accidental.
Siempre según sus palabras, al respecto de lo sucedido en la mañana del domingo 22 de julio último en la vivienda que compartía con la víctima, en las Dos Mil Hectáreas, ambos mantuvieron una acalorada discusión ligada a cuestiones del momento.
El detenido aseguró que en medio del pleito resolvió salir del inmueble de madera en busca de su motocicleta, para abandonar el lugar. Habría sido entonces que la menor de edad, siempre según él, tomó un revólver calibre 22 milímetros que aparentemente guardaban en la casa y le disparó.
El muchacho indicó que se salvó milagrosamente de ese ataque y que, una vez recuperado del shock, comenzó a forcejear con su concubina para desarmarla. Habría sido en ese momento que el arma se disparó de manera accidental y un proyectil ingresó por el pecho de la víctima.
En la reconstrucción, el joven contó que la víctima le pidió ayuda. “Llevame al hospital”, le insistió. Sin embargo, el joven habría asegurado que, al ver la sangre que brotaba del cuerpo de la adolescente, resolvió tomar su motocicleta y manejar hasta lo de un amigo.
Justamente con ese muchacho, al parecer, habían combinado un viaje a Comandante Andresito. En ese camino es que el imputado le habría contado lo sucedido y le aclaró, incluso, que aún tenía en su poder el arma de fuego. Cuando circulaban por la ruta nacional 101, cerca de un control de Gendarmería, resolvió arrojar el revólver a la banquina, para evitar problemas. Eso explicaría por qué se encontró en ese sector el arma.
El sospechoso también aseguró que ese amigo lo hizo cambiar de parecer y por eso regresó a Iguazú, donde le contó a su madre lo que había pasado. Esa mujer llamó a la Policía y se inició así una investigación que derivó en su posterior detención.
Por lo pronto, lo cierto es que el muchacho continúa imputado por “homicidio agravado por la violencia de género (femicidio), razón por la que continúa detenido. Las fuentes apuntaron que el juez Brites continuará con una batería de medidas tendientes a establecer de manera fehaciente qué fue lo que sucedió en la mañana de ese domingo en la vivienda de la pareja.