Guillermo Pablo Peralta, administrador del cementerio “La Piedad”, ubicado en el Kilómetro 3 de Eldorado, contó a PRIMERA EDICIÓN que la semana pasada “robaron las rejas del panteón de Gendarmería (Nacional).
La institución tiene un espacio en nuestro cementerio y tenían una reja alrededor, y la llevaron. También, antes de este hecho, y mientras estábamos realizando un servicio, a plena luz del día, se llevaron una puerta de otro panteón, esto último ocurrió en otro sector del cementerio”, contó.
Con respecto a los hechos de inseguridad y vandalismo, y acerca de si pensaron en poner algún cuidador para evitarlos, Peralta contó que “ya descartamos esa idea. Hace unos dos años se puso un sereno y le ‘rompieron la cabeza’ después de seis meses de trabajo”, es decir, atacaron al trabajador para avanzar con los hechos delictivos.
Desde hace años se viene hablando de la construcción de un muro perimetral, e incluso se llegó a iniciar un tramo de unos 200 metros en la franja entre la calle Belgrano (donde está la oficina de administración de la necrópolis) y el barrio El Tucán, “pero es mucho más lo que hay que hacer: no quiero exagerar, pero el perímetro tiene unas ocho hectáreas, es muy difícil para el Municipio cerrar todo el predio”, indicó Peralta para justificar que “en diciembre pasado se paralizaron las obras”.
El administrador también contó que, además de los robos, acumulan ya muchos hechos de vandalismo, como la rotura de panteones. Cuando ocurren estas cosas, “hay que llamar a los familiares, que por supuesto se enojan, porque pagan sus impuestos, pero nosotros no podemos hacer nada. En los horarios en los que estamos recorremos todo el predio más de una vez al día, es así como nos damos cuenta de las cosas que faltan o que están rotas, pero más que eso no podemos hacer. Cuando ocurrió (el robo) lo de la puerta, nosotros estábamos realizando un servicio, era a plena luz del día”, dijo Peralta.
Desde hace un tiempo, incluso, se recomienda a los familiares que no coloquen placas o accesorios funerarios costosos en las tumbas o panteones, ya que los robos son muy frecuentes. Lamentablemente, hoy ni los muertos se salvan de la inseguridad.