CAMP DAVID, Estados Unidos (AFP-NA-Diarios Digitales). El grupo del G-8 abogó el sábado por una zona euro “fuerte y unida” incluyendo a Grecia, y se comprometió a impulsar el crecimiento sin olvidar la implantación de medidas en contra del déficit.“Nuestro imperativo es impulsar el crecimiento y el empleo”, declararon los dirigentes de los ocho países más ricos en el comunicado final de la cumbre, celebrada en Camp David, 100 kilómetros al noreste de la capital estadounidense.“La recuperación de la economía mundial muestra signos alentadores, pero persisten los vientos en contra”, advirtieron los líderes del G8. “Estamos decididos a tomar todas las medidas necesarias para reforzar y revitalizar nuestras economías”, agregaron los dirigentes en el comunicado.Pero, en un reflejo de sus diferencias de estrategia, reconocieron también que “las medidas necesarias (para impulsar el crecimiento y abatir el déficit) no son las mismas para cada uno de ellos”.“Que siga, pero que pague”El comunicado final, también apuesta por la permanencia de Grecia en euro, aunque con matices y así manifiesta el “interés en que Grecia siga en la eurozona, pero respetando sus compromisos”. El texto recoge un nuevo consenso sobre la necesidad ahora de compensar tanto recorte con inversiones y otras medidas para tratar de darle vitalidad a la economía. Ese consenso ha sido construido sobre la base del reconocimiento de que la estabilidad fiscal era imprescindible para reconstruir con firmeza las bases de la economía europea.De esa manera, no pierde nadie. No se trata, como dijeron algunos líderes, de quitarle la razón a Merkel para dársela al tándem Obama-Hollande. Es, más bien, la fusión de ambas estrategias con un mismo objetivo de sacar a Europa del pozo.“Crecimiento con austeridad”“Crecimiento y austeridad no son alternativas contrapuestas”, manifestó Cameron, como Merkel un conservador que ha implantado hasta ahora políticas de austeridad. “Existe un creciente sentido de urgencia de que se necesita tomar medidas, poner en marcha planes de contingencia para fortalecer los bancos, los Gobiernos, crear cortafuegos y todas esas cosas que hay que hacer de modo rápido”, declaró el primer ministro británico.Ninguna de esas medidas es posible sin la aprobación de Merkel, cuyo país, la única economía sólida de Europa, tendrá un peso decisivo en cualquier iniciativa que suponga inyección monetaria e inversión pública. En Camp David, no obstante, se ha visto a una canciller alemana mucho más dispuesta que en otras ocasiones a incluir correcciones a sus prioridades establecidas hasta ahora.No más fondos de rescatePor su parte, Merkel, que se reunía a solas con el presidente de Estados Unidos al concluir la cumbre recalcó que el plan para combinar el crecimiento y la austeridad excluye la posibilidad de nuevos programas de estímulo coyuntural como los que se impulsaron en el mundo para afrontar la crisis financiera.“Ha quedado claro que no se trata de programas coyunturales como después de la crisis financiera, y todos en el G-8 coincidimos en que éstos no se pueden repetir”, enfatizó la canciller, según informó el diario El Mundo de España .Se trata más bien, explicó, de invertir en investigación y desarrollo, redes digitales, infraestructuras y, en el caso de Europa, en profundizar en el mercado interior. Cumbre de la OTANEl presidente de Estados Unidos, Barack Obama, buscará en la Cumbre de la OTAN en Chicago el refrendo a su estrategia para Afganistán, particularmente difícil desde la llegada al poder en Francia de François Hollande, quien prometió en campaña retirar las tropas francesas de combate en aquel país a final de este año. La financiación de las tropas afganas que deben asegurar la estabilidad del país tras la retirada aliada prevista para finales de 2014 será otro escollo en la agenda de la reunión. Obama está dispuesto a asumir la mitad del coste –que ronda los 4.000 millones de dólares- pero pide a cambio a la comunidad internacional que se haga cargo del resto. La Unión Europea debería financiar alrededor de una tercera parte. Mucho ha sucedido desde que en 2001 la Administración de George W. Bush declarase la guerra contra el terrorismo tras los atentados del 11-S e iniciase la “Operación Libertad Duradera” en Afganistán para dar caza a Osama Bin Laden y erradicar al régimen talibán. Más de diez años después, ya no se habla de reconstrucción sino de seguridad. Bin Laden fue capturado y muerto hace tan sólo un año y la ilusión de una victoria afgana es sencillamente eso, una ilusión.





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