SAN IGNACIO. Su nieta estaba con síntomas de fiebre y diarreas, decidió llevarla a un sanatorio y una médica los derivó al hospital local. Se subió a su automóvil y llevó a la nena al nosocomio. “Llevala urgente”, le indicó una médica y eso hizo, pero al arribar al sector de Guardia una enfermera le dijo que debía esperar porque el médico estaba “durmiendo”. Pero la sorpresa de Ernesto fue mayor cuando preguntó quién era el doctor: “El director (Osvaldo Cabrera)”, le respondieron y la indignación fue mayor pero no había tiempo, porque “mi nieta cada vez se sentía peor”. Esa situación lo movilizó a tomar la determinación de denunciar el caso ante las autoridades policiales (solamente le tomaron una exposición) y presentar una nota en el Ministerio de Salud Pública, algo que todavía no hizo porque hace poco que pasó el susto, pero aseguró que lo hará la semana que viene, “para que esto no se repita nunca más en la ciudad”.El hecho sucedió a principios de este mes, cuando alrededor de las 16 Ernesto Stempel notó que su nieta estaba con fiebre alta y diarreas, entonces concurrió primero a un sanatorio, donde le manifestaron que debía ir al hospital local para que le coloquen suero. PRIMERA EDICIÓN conversó ayer con el angustiado abuelo, quien contó con detalles lo ocurrido. “El 7 de mayo se descompuso mi nieta de un año y diez meses, entonces fui a ver a la doctora Gloria Cabrera, quien la atendió y como estaba con diarrea y vómitos me derivó urgente al hospital de San Ignacio, porque tenía un altísimo grado de deshidratación”, indicó al comienzo de su relato Ernesto. “El director está de guardia”“Cuando llegué al hospital, una enfermera me dijo que espere porque el médico estaba durmiendo. Eran alrededor de las 16, entonces esperé aproximadamente unos cuarenta minutos y mi nieta cada vez se ponía peor. Vuelvo a preguntarle a la enfermera y me respondió otra vez que el doctor estaba durmiendo, ahí le consulté quien era el médico de turno, a lo que responde: el doctor Cabrera, el director del hospital”, afirmó el hombre, quien no dudó un segundo y decidió viajar con la menor hasta la vecina localidad de Gobernador Roca, donde sí fue atendida por los profesionales sanitarios. Stempel continúo contando a este medio: “Tomé la decisión de no arriesgar más, subí a la nena al auto y me fui con ella a Gobernador Roca, ahí me atendió la doctora Vázquez, quien de manera inmediata le colocó suero, la pequeña estuvo internada hasta las 23 y gracias a Dios mejoró”.“Hice una exposición policial en la que detallé todo lo que sucedió, porque no pienso quedarme en esto. Por suerte mi nieta está bien, pero no quiero que esto vuelva a pasar en la ciudad, porque hay personas que no tienen recursos y se pueden morir sus niños”. Stempel aclaró que no tiene nada personal con el médico, pero que no quiere que nadie pase lo que él pasó. “Yo no quiero escrachar ni hacerle mal al médico, sólo quiero contar lo que me pasó para que no se perjudique a otras personas, estamos hablando de vidas”, cerró.A pesar del paso de los días, el enojo del abuelo no mermó. “La actitud del doctor es irrepudiable, más porque es el director del hospital. Eso que hizo es abandono de persona y no es la primera vez que pasa algo similar, porque yo conozco de muchísimos otros casos, pero nadie habla porque tienen miedo. Un médico tiene un juramento por el que debe asistir a la persona enferma”, cerró. Sin explicaciones Stempel se quedó con mucha bronca e indignación, por eso al día siguiente intentó dialogar con el director de la institución médica, sin embargo no encontró respuestas a sus pedidos, ya que el director del nosocomio no lo recibió y argumentó que estaba muy ocupado en ese momento. “Al otro día fui al hospital para hablar con el director pero no me atendió. Vino la secretaria y me dijo: ya lo atiende, sin embargo, jamás salió. Entonces la secretaria me dice que vuelva otro día porque no me iba a poder atender, le pido el Libro de quejas y para mi sorpresa escucho de respuesta: ‘no tenemos’. En una ciudad turística no podemos tener un hospital así, ni esos directivos”, confió el hombre que es retirado de Gendarmería Nacional y que agradeció tener recursos para poder llevar a su nieta hasta Roca, porque “si no lo hacía, no sé que hubiera pasado”, sentenció. “En la ciudad se comenta de muchos casos parecidos, pero la gente se calla porque tiene miedo de que le hagan juicio. Si seguimos callándonos vamos a terminar con la salud pública en muy mal estado y con médicos peores”, comentó Stempel y añadió que la salud pública es pésima en San Ignacio. El abuelo también comentó a este medio que la semana que viene viajará a Posadas, donde pedirá una audiencia con el ministro Oscar Herrera Ahuad.





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