POSADAS. De fuerte espíritu artístico y aventurero, Bernardo Neumann se embarcó, una vez más, en la apasionante búsqueda de lo innovador, aplicando nuevas técnicas y herramientas, que lo llevaron a abrir una puerta más en la infinitud del arte. Consecuentemente, el resultado de este proceso lo está compartiendo en la muestra “¡Cuidado!… pintura fresca!”, que se exhibe en la galería del Instituto Universitario Gastón Dachary (Colón y Salta). Dicha exposición permanecerá abierta al público hasta el 26 de este mes. Bucear en nuevas técnicas Con la libertad que le da el arte y la sabiduría de la experiencia, Bernardo dialogó con PRIMERA EDICIÓN sobre esta nueva muestra, para la cual trabajó utilizando diversas herramientas de trazos muy diferentes como: aerógrafo, espátula y pinceles, sin ajustarse a una temática determinada, ya que lo importante era “jugar”, “disfrutar” del propio momento de creación y bucear en la inmensidad del arte. “‘¡Cuidado!… pintura fresca’ es un llamado de atención para impactar, para ver lo que se está produciendo constantemente en cuanto a innovación. Tengo que agradecer a mi hermano Manuel Emilio, que me facilitó herramientas de trabajo con las cuales puedo experimentar otras cosas ahora, meterme en otra técnica y es muy apasionante eso. Y entonces aparece aquello que es tan sutil como es un aerógrafo a aquello otro que deja tanto material como es una espátula o como un pincel”, dijo el pintor, a la vez que explicó que “esto requiere mucho cuidado para no tener grumos, entonces para eso trabajé con tintas, con acrílicos y con productos químicos como la Fluoroceína, que me da un amarillo muy especial. Eso hace que me sea muy fácil y muy divertido trabajar y estoy totalmente libre de cualquier temática, estoy jugando, me divierto y no estoy encerrado en un tema determinado”. La mezcla de técnicas y el trabajo de nuevas formas, por parte de este artista, han dado como resultado una muestra que no se guía por un eje temático y sí por la fuerza de la abstracción y el dominio de la luz y el color. Se aprecia una paleta de colores variada y cuidada, que en algunos casos se presenta saturada, intensa, y en otros se luce desde la suavidad y los diferentes matices – en los verdes, por ejemplo- con una armonía que logra cautivar a quien se pare frente al cuadro. “Soy alguien que siempre pregonó que ‘lo que marca sirve’. Con esa premisa trabajo y trato, como docente, que eso crezca o prenda sobre todo la gente joven que tiene, por ahí, un preconcepto que únicamente con el óleo se puede hacer algo que valga la pena. Apliqué esos materiales, a ver que sale y me sorprenden los resultados”, señaló el pintor. Por último y refiriéndose a los cuadros, Bernardo manifestó que “no existe un hilo conductor, cada uno tiene que ‘hablar por sí mismo’ por eso es bueno detenerse y tratar de ‘ver’ lo que en realidad está en nosotros y que pareciera que el pintor lo plasmó en un lienzo. Cuando existe esa comunicación, el creativo se siente satisfecho, pues impactó en la sensibilidad del observador”.





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