RÍO DE JANEIRO, Brasil (Diarios Digitales). Las autoridades de Río de Janeiro todavía no quieren hablar de crisis, pero la alarma ya se encendió. Tras años de grandes logros en el proceso de pacificación de las favelas cariocas, el aumento de la violencia del narcotráfico en áreas vecinas a Río preocupa al gobierno, sobre todo porque faltan apenas dos meses para que la cidade maravilhosacomience su calendario de grandes eventos con la cumbre de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible (Río+20).El foco de la atención está hoy en la ciudad de Niteroi, de unos 500.000 habitantes, al otro lado de la bahía de Guanabara y unida a Río por un puente de 13 kilómetros. Allí, desde principios de año, hay un notorio incremento de la criminalidad.Según el Instituto de Seguridad Pública (ISP), en comparación con el año pasado, los robos de cargas aumentaron 104%; en residencias, un 48,6%; los de vehículos, 49,7%; en las tiendas, 24,2%, y los asaltos a peatones, 14,5%. Y el asesinato de siete personas tan sólo en las últimas dos semanas movilizó a la población de esta localidad de clase media, considerada una de las tres de mayor desarrollo humano de Brasil.“Salimos de nuestras casas y no sabemos si volveremos”, relató Marcia Nunes, para quien la situación ya está virtualmente fuera de control.La noche del viernes 13, un grupo de narcotraficantes con armas pesadas intentó invadir el Morro do Palacio, próximo a la zona residencial “noble” de Ingá.Tras un intenso tiroteo, la policía logró detener a una decena de los atacantes. Y confirmó que se trataba de bandidos originarios de la favela carioca de Mangueira, pacificada el año pasado, donde en noviembre se instaló una de las hasta ahora exitosas Unidades de Policía Pacificadora (UPP), comisarías comunitarias que se crean luego de que el área es reconquistada por el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE).El servicio telefónico Disque-Denuncia recibe cada vez más llamadas para advertir sobre jóvenes armados que venden crack, cocaína y marihuana en la favela del Morro do Preventorio, cercana a la terminal de ferries de Charitas.Han aparecido también grafitis con la siglas CV, en referencia al Comando Vermelho, la facción narco que durante varias décadas dominó los morros de Río. Prácticamente la misma situación, con un grado menor de violencia, se vive en la vecina ciudad de São Gonçalo.Cansados, los pobladores de Niteroi y São Gonçalo reaccionaron frente a la ola de criminalidad con dos marchas en reclamo de mayor seguridad. Y aunque la Secretaría de Seguridad del estado de Río de Janeiro sostiene que todavía hay pocos datos para hablar de una migración de los narcos de Río a las zonas circundantes, ordenó el envío de un refuerzo de 244 policías.





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