Los países en desarrollo son los más interesados en lograr un acuerdo vinculante en la próxima conferencia mundial sobre clima (COP21), que tendrá lugar en París en diciembre, dijo en entrevista con la AFP el viceministro de Ambiente de Colombia, Pablo Vieira.“Los países en desarrollo son los que buscan que el acuerdo sea lo más vinculante posible”, aseguró el funcionario, que se mostró, sin embargo, poco optimista de que este objetivo se cumpla.“Probablemente, el acuerdo será decepcionante para muchos pero si uno logra un esquema dinámico, con algunos puntos vinculantes y que incluya a la sociedad civil, no será perfecto pero sí deja algo para avanzar”, agregó el funcionario que participa en las negociaciones previas a la conferencia COP21 prevista en París, del 30 de noviembre al 11 de diciembre.El encuentro mundial aspira a alcanzar un acuerdo global que revierta el calentamiento del planeta causado por la actividad humana, limitándolo a 2ºC por encima del nivel de la era preindustrial.Sin embargo, el presidente francés, François Hollande, advirtió esta semana que el encuentro estaba en riesgo de fracasar, en caso de no lograr un acuerdo sobre el financiamiento de la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo.Se estima que la misma costará 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, cuando entre en vigor el documento que se negociará en París.“Los países altamente vulnerables, como Colombia, esperamos que haya un apoyo económico para podernos adaptar más rápidamente y que las consecuencias del cambio climático, que históricamente no son nuestra responsabilidad, puedan ser mitigadas”, afirmó Vieira.Sin embargo, en las negociaciones “todavía hay diferencias muy grandes, cartas que los países se guardan hasta el último minuto”, reveló.Colombia anunció esta semana que reduciría en 20% sus emisiones de gases contaminantes para 2030, porcentaje que aumentaría a 30% si el país consigue apoyo internacional para conseguirlo.Esto podría ser “a través de transferencia de tecnología, capacitación, de conocimientos o a través de recursos económicos”, detalló el viceministro.Unos 60 países sobre 195 ya anunciaron sus metas de cara a la cumbre COP21. Colombia es el primer país sudamericano en hacerlo y el cuarto de América Latina y el Caribe.Una sombra sobre la faunaLas poblaciones de animales marinos (mamíferos, aves, reptiles y peces) se han reducido a la mitad desde los años 1970 como resultado de la pesca excesiva, la contaminación y el cambio climático, advirtió la ONG WWF.“En el origen de estas tendencias está la acción del hombre: de la pesca excesiva y las industrias extractivas hasta la ordenación del litoral y la contaminación, pasando por la emisión de gases de efecto invernadero responsables de la acidificación oceánica y el calentamiento de los mares”, denuncia la organización medioambiental con sede en Suiza en un nuevo informe.Además el apetito del hombre por el pescado no deja de aumentar: a escala mundial el consumo medio por habitante ha pasado de 9,9 kg en la década de 1960 a 19,2 kg en 2012.El índice “Planeta Vivo” de WWF, que mide la población de animales marinos, registró un descenso del 49% entre 1970 y 2012.Algunas especies de peces han disminuido casi un 75%, advierte la ONG, que basa sus conclusiones en el análisis de 5.829 poblaciones de 1.234 especies distintas.La reducción más marcada tuvo lugar entre 1970 y mediados de 1980. Luego hubo una relativa estabilidad antes de que las poblaciones volvieran recientemente a reducirse.Este índice global esconde, sin embargo, variaciones considerables entre las regiones del mundo: las poblaciones aumentan las latitudes elevadas (respecto a un nivel general en retroceso) y en cambio caen en medios tropicales y subtropicales.Arrecifes coralinos en peligroLos expertos también advierten que los arrecifes de coral y praderas marinas podrían desaparecer del planeta para el año 2050 como resultado del calentamiento global.La pérdida de los arrecifes de coral sería una “extinción catastrófica de consecuencias dramáticas en las comunidades”, advierte WWF, que recuerda que más del 25% de todas las especies marinas viven en esos arrecifes que cerca de 850 millones de personas se benefician de ellos.“Colectivamente estamos llevando al océano al borde del precipicio”, subrayó el director general de WWF, Marco Lambertini, en el prefacio del informe.“En una sola generación, la actividad humana ha dañado gravemente el océano, capturando peces más rápido de lo que pueden reproducirse, mientras se destruyen sus zonas de alimentación”, asegura y subraya que el colapso de los ecosistemas oceánicos podría desencadenar “un declive económico serio”.Un ejemplo es el del Mediterráneo, una de las zonas de pesca más antiguas del mundo, que hoy está sobreexplotada: cada año se pescan en él casi 1,5 millones de toneladas de pescado y un 89% de las reservas están agotadas.En este mar “hay cuatro especies de tiburones de las que no se ha visto ningún ejemplar desde hace treinta años”, lamenta Philippe Cury, un científico francés del Instituto de Investigación para el Desarrollo. “Y esto quiere decir que veremos extinciones en el futuro”, asegura.El informe de WWF destaca que las especies esenciales para la pesca comercial y la subsistencia son las que sufren un declive más agudo. Es el caso de la familia que engloba a peces tan apreciados como el atún, la caballa y el bonito, cuya población ha retrocedido un 74%.“Las decisiones adoptadas en la conferencia mundial sobre el clima de París dentro de unas semanas impactarán directamente sobre el futuro de la salud de los océanos”, considera WWF, y subraya que “los compromisos internacionales actuales están muy lejos de lo necesario para detener los niveles de calentamiento y la acidificación, problemas catastróficos para los sistemas oceánicos y todas las personas que dependen de ellos”.Pero según la ONG existen soluciones, como proteger y reconstituir el capital natural marino, consumir de forma más razonable y dar la prioridad al desarrollo sostenible.





Discussion about this post