El Senado brasileño aprobó este martes una reforma en la Constitución de Brasil que congelará por 20 años el gasto público, una medida inédita en el mundo y que es el principal proyecto del ajuste económico para reducir el déficit fiscal, impulsado por el presidente, Michel Temer, en medio de una severa crisis política e institucional.La medida fue aprobada por 53 votos contra 16, en medio de protestas en ocho estados por parte de movimientos sociales y sindicatos que se oponen a la llamada "Reforma Constitucional del Fin del Mundo".El presidente del Senado, Renán Calheiros, aliado del presidente Temer, no votó, pero promulgará la nueva reforma constitucional el próximo jueves en el Congreso Nacional.El proyecto es la gran apuesta del ministro de Economía, Henrique Meirelles, para enfrentar el déficit fiscal en Brasil, desde que Temer asumió en el cargo en forma interina en mayo y en agosto en definitivo cuando fue destituida DIlma Rousseff.Los senadores votaban ahora los temas en particular de la medida, sobre todo cómo afecta a la regla vigente del salario mínimo esta nueva política que será implementada a partir del próximo año.Ahora en la Constitución Federal de 1988, el régimen de techo para el gasto público -más allá del crecimiento del país y de la recaudación- podrá ser modificado en 2027 por el presidente que gobierne el país en aquel momento.ProtestasEntretanto, la Policía bloqueó las principales arterias de Brasilia y procedía a registrar a personas en las inmediaciones del Congreso antes de las manifestaciones convocadas por la tarde por organizaciones estudiantiles y la Central Única de Trabajadores (CUT), el mayor sindicato del país.Las autoridades informaron de incidentes desde primeras horas de la mañana en varias ciudades, entre ellas Sao Paulo y Porto Alegre, con barricadas y cortes de calles importantes.La sesión se llevaba a cabo después de divulgarse encuestas que confirman el fuerte desprestigio de la clase política y de los proyectos en marcha. Según los últimos elementos del sondeo Datafolha que empezó a publicarse el fin de semana, un 60% de los brasileños se opone a la enmienda del "techo de gastos" (un 24% la apoya) y un 58% estima que el Congreso es "malo" o "pésimo".La reforma del "techo de gastos" implica que el presupuesto solo podrá aumentar para compensar la inflación del año anterior.Temer y su ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, esperan neutralizar de ese modo el gigantesco déficit fiscal, previsto en 163.000 millones de reales (48.000 millones de dólares) en 2016 y empezar a recuperar la confianza de los mercados para sacar al país de su peor recesión en más de un siglo.La enmienda del "techo de gastos" es apenas la primera del plan de ajustes de Temer. La siguiente -la reforma del sistema de jubilaciones- pretende establecer una edad uniforme de 65 años para el retiro de hombres y mujeres y un periodo de contribuciones de 49 años para gozar del 100% del beneficio.Fuente: NA





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