Este tiempo nos invita a descubrir las sorpresas que Dios tiene preparadas para distintos momentos de nuestra vida. Si contemplamos la Palabra de Dios, descubrimos el gran valor que tiene el Adviento, que nos permite descubrir a un Dios que nos sorprende cada día… aun en las adversidades de la vida Él siempre tiene una señal positiva para nosotros.Vivimos en una sociedad moderna, saturada por tanto acceso a la tecnología y la comunicación que ha perdido el sentido de las sorpresas en la vida. A menudo tenemos la tendencia de atarnos a las estructuras, esquemas, rutinas que no permiten cambios ni modificaciones en la vida… tanto es así que las cosas nos pesan y cansan cada vez más. El Adviento es una invitación para desestructurarnos y abrirnos a saborear las sorpresas de Dios.El Misterio de la Encarnación trae una nueva concepción del mismo Dios, nos acerca a un Dios lejano a nuestra cotidianeidad. Él nace en una familia sencilla y común semejante a la nuestra. La sagrada familia también representa, más que una familia perfecta, una estirpe llena de la gracia divina. La perfección no está en el orden, sino en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Dios sorprende a una joven que estaba comprometida, la llama para colaborar con el misterio de la encarnación. El Dios Todopoderoso, viene al encuentro de un pueblo sencillo y busca la colaboración de una muchacha humilde y débil para cumplir su misión. Dios elige las debilidades de la vida humana para su plan salvífico.Además Dios sorprende a José, un joven -fiel representante de una sociedad machista y conservadora para abrirse a la voz del ángel que le mueve a aceptar a María como esposa, contra la tradición… Lo mueve a optar por la vida, por encima de las estructuras sociales, religiosas y culturales.Dios sorprende a la humanidad que estaba acostumbrada a un Reinado que representa el poderío económico y político, con un rey que nace en un humilde pesebre reinando en su condición de niño y se entroniza sobre un asno para reafirmar su reinado.Es por ello que este tiempo de Adviento que estamos transitando, es la oportunidad que tenemos para abrir nuestros corazones a las sorpresas de Dios, que seguramente seremos capaces de descubrir si nos familiarizamos cada vez más con la Palabra de Dios, que penetrará el corazón para mantener viva la esperanza, en un mundo que permanentemente nos lleva al desaliento y la desesperanza. Es un tiempo en el que hemos de nutrirnos con la lectura y meditación de su Palabra, para así estar abiertos a las novedades de Dios desde la fe.Es un tiempo de profunda oración confiada en la divina providencia. Es la oportunidad que tenemos para recordar que Dios cumple las promesas, sorprendiéndonos en todos los momentos de la vida. Así como Dios asombró al pueblo de Israel, a la familia de David, hoy también nos sigue sorprendiendo al regalarnos la experiencia de la encarnación en la vida de cada uno. La Palabra de Dios nos irá revelando el gran misterio de salvación que nos espera a todos y la transformación que vamos viviendo…Preparémonos entonces para celebrar el nacimiento de Jesús en cada corazón, que nos invita exaltar el gozo de un Dios que nos libera, nos fortalece y nos sana. En este Adviento dejémonos sorprender por Dios. Que su amor y su presencia en cada corazón llene nuestros vacíos interiores. Que la llegada del Niño Dios, nos colme de gozo para que al venir encuentre corazones mullidos de buenas actitudes y que serán ese pesebre que necesita para nacer.
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